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La 'caldera gigante' con biomasa de la Txantrea dará servicios a más de 4.000 viviendas y ocho edificios públicos

El CPEIP García Galdeano y el polideportivo de Ezkaba, los primeros edificios públicos que toman energía de la Red de Calor con Biomasa de Txantrea

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  • Central de calor de la Txantrea
  • Esta caldera comunitaria gigante, que prevé alimentar a más de 4.000 viviendas y 8 edificios públicos, comenzó a funcionar en 2023

El Colegio Público de Educación Infantil y Primaria García Galdeano y el polideportivo de Ezkaba son los dos primeros edificios públicos que se han conectado a la Central de Calor de Txantrea, una infraestructura alimentada con biomasa que da calefacción a buena parte del barrio. Ambos centros se conectaron a la red a finales del año pasado de este proyecto de eficiencia energética, que aspira a suministrar calor a más de 4.000 viviendas y 8 edificios públicos con la puesta en marcha de la segunda fase. 

Miembros del Consejo de Gerencia de Urbanismo y de la Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Pamplona han visitado esta central, ubicada en el polígono Iturrondo y levantada gracias a un convenio de colaboración entre Pamplona, Burlada y la empresa pública de vivienda del Gobierno de Navarra, Nasuvinsa. A día de hoy, son más de 2.000 las viviendas que se benefician de esta gran caldera comunitaria, que se alimenta al 90% de biomasa forestal, una materia prima de origen cercano y de explotación sostenible. A los dos centros conectados este año, se sumarán el colegio Bernart Etxepare y el Centro Comunitario Salesianas en Txantrea.

El proyecto, englobado dentro de la iniciativa Efidistrict de regeneración urbana y mejora de la eficiencia energética residencial, contó con financiación del Fondo Europeo de Desarrollo Regional, como apoyo a la eficiencia, la gestión inteligente y el uso de energías renovables. Se trata, de hecho, de una iniciativa pionera a nivel estatal, tanto por su modelo de gestión público-privada como por sus dimensiones. Se ha establecido su desarrollo en dos fases, una que arrancó en 2023 y una segunda que se prevé impulsar antes de 2028. 

Así, aunque la central comenzó a funcionar en 2023, ya en 2020 se adhirieron al proyecto las primeras comunidades vecinales. Esa primera fase incluye 2,5 kilómetros de red, la generación de 4,5 MW de biomasa y 10 MW de gas. Todo ello evitará enviar a la atmósfera 4.000 toneladas de CO2. En la segunda fase, para llegar a 4.500 viviendas, se prevé ampliar la red a 5 kilómetros; la generación de 9 MW de biomasa y 20 MW de gas. Ello supondrá 7.000 toneladas menos de CO2 en la atmósfera una vez implantada. El consumo de astilla forestal pasará en esa segunda fase de 6.000 a 12.000 toneladas al año.

Fue Nasuvinsa quien adjudicó, en mayo de 2019, la construcción y la explotación de la Central de Calor a la empresa ENGIE Servicios Energéticos S.A. Esta firma llevará a cabo la explotación de la central y de la red de calor de Txantrea hasta 2059, por un importe de 14,3 millones de euros. 

Un barrio surgido en los años 50

La puesta en marcha de esta iniciativa energética en el barrio de Txantrea se engloba dentro de una iniciativa más amplia de regeneración y mejora de esta zona de la ciudad, que cuenta con más de 70 años de antigüedad y con unas características constructivas peculiares. De hecho, el barrio cuenta, en la actualidad, con alrededor de 8.800 viviendas, de las cuales un 71% (más de 6.300) han sido construidas entre el año 1950 y 1979. Se trata de viviendas sociales, que presentan carencias de aislamiento térmico, debido a esa época de construcción, y las instalaciones de calefacción del barrio presentan problemas de funcionamiento y de adecuación a la normativa vigente. A todo ello se suma un paulatino envejecimiento de la población, lo que dificulta el abordar proyectos de futuro.

Es por eso que se eligió esta zona para poner en marcha el proyecto Efidistrict Txantrea, un modelo pionero de rehabilitación global, que incluye rehabilitación energética de viviendas, adecuación de zonas urbanas y la creación de esta Central de Calor, que dé suministro al grueso de las viviendas del barrio. El proyecto ha merecido el reconocimiento como Buenas Prácticas en 2020 por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDEA), adscrito al Ministerio para la Transición Energética. Además, recibió el primer premio en 2019 a la mejor actuación cofinanciada con Fondos Europeos de Desarrollo Regional (FEDER), del Ministerio de Hacienda.

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