“Tal vez ahora más que nunca, necesitamos de propuestas que, en diálogo con la sociedad, lleven el conocimiento y la fiabilidad de la investigación a la ciudadanía, así como la mirada humanística y el compromiso ético”. Así lo afirmó la rectora de la Universidad de Navarra, María Iraburu, durante la apertura oficial del curso 2024-25, un acto que ha reunido en el Aula Magna a las primeras autoridades, además de profesores y alumnos.
La rectora se refirió así a la necesidad urgente de “transferencia de conocimiento”, uno de los aspectos clave para que la Universidad lleve a cabo su misión de servicio a la sociedad. “Iniciativas que construyan, que estimulen el deseo de informarse y de formarse, que hagan presente el carácter universal del saber, del arte, de la belleza, de la ciencia, del amor a la naturaleza”, agregó.
Una de estas iniciativas, según María Iraburu, es el futuro centro Bioma, ya en construcción, que “será espacio de encuentro con la sociedad, en el que personas de todas las edades, y muy especialmente los jóvenes, se harán preguntas, analizarán con mente abierta ideas y opiniones, y descubrirán nuevos horizontes”.
La otra pieza fundamental de esa tarea de servicio son los estudiantes, que constituyen “parte activa y fundamental de la comunidad universitaria”, destacó la rectora. “Nuestro servicio a la sociedad depende de que lleguen esos estudiantes y de que se encuentren con un entorno académico verdaderamente transformador. Son quienes cuestionan nuestros planteamientos, nos hacen preguntas arriesgadas, nos ayudan a pensar, sacan -en definitiva- lo mejor de nosotros mismos”, agregó. En este punto María Iraburu recordó que uno de los grandes desafíos de la Universidad "es ampliar los cauces para que cualquier estudiante con ilusión por formarse así, pueda hacerlo, independientemente de su situación económica".
Cuando la dimensión de servicio es genuina y se presenta en el trabajo diario, según la profesora Iraburu, se reconoce por tres características. En primer lugar, la sensibilidad a las necesidades de las personas y del entorno: "Una actitud viva de servicio se caracteriza por el interés hacia los retos y problemas que nos rodean, por la capacidad de detectar oportunidades donde otros solo ven amenazas". En segundo lugar, “la disposición a complicarnos la vida”, ya que “la experiencia nos dice que no hay proyecto ambicioso que no encuentre resistencias y dificultades; por eso los proyectos que merecen la pena están impulsados por personas que no se plantean la tranquilidad como único objetivo".
Y, por último, la capacidad de aglutinar voluntades y esfuerzos, mediante “una solidaridad invisible” que une a los que buscan el bien común en cualquiera de sus formas y están dispuestos a trabajar lo que sea necesario para conseguirlo. “El deseo de servir se convierte así, hacia dentro, en una fuerza constructora de universidad, ayudando a superar las inevitables diferencias y desencuentros propios del trabajo cotidiano. Y hacia fuera, nos relaciona con personas y entidades muy diversas, convencidas de que juntos llegamos, todos, más lejos”.
La rectora finalizó su discurso con unas palabras de san Josemaría Escrivá, en 1972 hablando de la Universidad: “Contribuye así con su labor universal a quitar barreras que dificultan el entendimiento mutuo de los hombres, a aligerar el miedo ante un futuro incierto, a promover —con el amor a la verdad, a la justicia y a la libertad— la paz verdadera y la concordia de los espíritus y de las naciones”. “¡Qué relevante puede ser nuestro trabajo cotidiano cuando se comprende a sí mismo en el horizonte que esbozan estas palabras! Con la ayuda de Dios y de los que nos precedieron, afrontamos el nuevo curso 2024-25 dispuestos a ser esas personas que con su trabajo al servicio de los demás, eliminan barreras, favorecen el entendimiento, aligeran el miedo y promueven la paz”.
Lección inaugural: “Crear salud” es responsabilidad de todos
Tras una Misa en el oratorio del edificio Amigos, oficiada por el arzobispo de Pamplona, Mons. Florencio Roselló, el acto de apertura se inició con el desfile del cortejo académico, en el que participaron más de 200 doctores. La parte musical de la Misa y del desfile corrió a cargo del coro del Seminario Internacional Bidasoa. Ya en el Aula Magna, intervino el secretario general, Jesús María Ezponda, quien leyó el resumen de la memoria académica del curso 23-24, y a continuación, la profesora de la Facultad de Enfermería Navidad Canga pronunció la lección inaugural, bajo el título “Crear salud allá donde discurre nuestra vida cotidiana”.
En su discurso, reflexionó sobre el concepto de “crear salud” en nuestro día a día: “Este concepto se aleja de la visión patogénica tradicional, es decir, la centrada en las causas de las enfermedades, y se acerca a una óptica salutogénica positiva, poniendo el énfasis en el origen de la salud y no en el origen de la enfermedad”. Desde este enfoque, subrayó, la salud no es únicamente responsabilidad del sistema sanitario, sino una tarea compartida por todos: “Hoy nos enfrentamos a problemas como la soledad, el estrés, la obesidad, la pobreza y las adicciones, que no pueden ser abordados únicamente desde una respuesta sanitaria”.
En su opinión, todos tenemos responsabilidades hacia nuestra salud y la de nuestras familias. Es necesario abandonar el papel pasivo y asumir “un mayor protagonismo, ante un modelo que a menudo ha actuado y actúa de manera paternalista”, recalcó.
Por un lado, señaló, este concepto incluye la dimensión individual orientada al autocuidado, que ha de reunir cinco características esenciales: nutrición equilibrada, actividad física regular, patrón de sueño saludable, evitar comportamientos de riesgo como el consumo de tabaco y alcohol, y, finalmente, generar vínculos significativos con la familia, con los amigos y con la comunidad. Y por otro lado, la dimensión contextual, que implica mejorar los ambientes domésticos, educativos, laborales y comunitarios.
Respecto al sector sanitario, la profesora Navidad Canga destacó que está atravesando una gran crisis y se impone “la urgente necesidad de introducir cambios”, especialmente en el primer nivel o Atención Primaria de Salud (APS). A su juicio, es el nivel de atención mejor posicionado para introducir esta nueva filosofía de “crear salud”, ya que se encuentra integrado en el tejido local de las comunidades, y por ello es muy receptivo y sensible a sus necesidades.
De hecho, según aseveró, “el 80% de las necesidades y problemas de salud de la población deberían cubrirse o resolverse en el primer nivel de asistencia; y sin embargo, los presupuestos asignados a la APS no son suficientes para garantizar un servicio de calidad”. La puesta en marcha de un enfoque orientado a la creación de salud no se ha generalizado y sin embargo, concluyó la profesora, “la urgencia de actuar es imperiosa” para hacer frente a los problemas del Sistema Sanitario.
Al acto asistieron las primeras autoridades, entre las que se encontraban María Chivite, presidenta del Gobierno de Navarra; Unai Hualde, presidente del Parlamento de Navarra; Ana Ollo, vicepresidenta segunda y consejera de Memoria y Convivencia, Acción Exterior y Euskera; Patricia Fanlo, consejera de Universidad, Innovación y Transformación Digital; Amparo López Antelo, consejera de Interior, Función Pública y Justicia; Carlos Gimeno, consejero de Educación; Fernando Domínguez, consejero de Salud, Florencio Roselló Pérez, arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela; Jaime Goyena, fiscal superior de Navarra; el rector de la Universidad Pública de Navarra, Ramón Gonzalo; la directora de la UNED Pamplona, Teresa Imízcoz; así como el presidente del Consejo de Navarra, José Luis Goñi, el presidente de la Cámara de Comptos, Ignacio Cabeza del Salvador, y representantes de los partidos políticos del arco parlamentario y de distintos ámbitos culturales y profesionales.
