La titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer nº 1 de Pamplona ha decretado hoy la apertura de juicio oral contra el hombre que, el 1 de julio de 2023 en la cocina del bar que regentaban, asesinó a su pareja, de nacionalidad china como él, a la que degolló por la espalda tras haberla golpeado con un hacha en la nuca.
En la resolución judicial, contra la que no cabe recurso, la magistrada expone que procede la apertura del juicio oral en atención a las evidencias encontradas en la cocina del restaurante, la posición del cadáver y las testificales practicadas en el procedimiento, “que dejan indicios más que racionales de criminalidad contra el investigado”
La causa será remitida ahora a la Audiencia Provincial, en donde en los próximos meses se celebrará el juicio con jurado popular.
En su escrito de conclusiones provisionales, la fiscalía solicita 23 años de prisión por un delito de asesinato y 11 meses más por un delito continuado de amenazas, así como una indemnización de 552.383 euros para los cuatro hijos menores de la víctima.
La acusación particular, ejercida por los familiares de la fallecida, pide 25 años por asesinato y 1 año y 9 meses más por un delito de maltrato habitual. En cuanto a la responsabilidad civil, reclama 100.000 euros para cada uno de los cuatro hijos menores.
En el procedimiento también están personados para ejercer la acción popular tanto el Gobierno de Navarra como el Ayuntamiento de Pamplona, que solicitan 23 años de prisión por el asesinato.
La defensa, por su parte, había reclamado el sobreseimiento de las diligencias al alegar la concurrencia de la eximente (circunstancia que libera de responsabilidad penal) de trastorno mental transitorio, así como la atenuante de confesión.
La resolución judicial recoge que en abril del pasado año la pareja se había conocido a través de WeChat, aplicación utilizada por personas solteras de origen chino.
Zhen Jiang estaba divorciada y tenía cuatro hijos, con los que habló y consultó antes de empezar su relación con el investigado. Ambos decidieron abrir al 50 % un local de hostelería. Ella llevaba años trabajando en la misma y era un negocio que conocía bien.
El encausado, F. Y., y Zhen Jiang alquilaron el bar Anayak. La llevanza del negocio generó “tensiones” debido “a que el investigado no aceptaba que una mujer le diera instrucciones”. Se produjeron discusiones con presuntas amenazas con cuchillos y coacciones que asustaron a la mujer, quien se lo llegó a comentar a alguna de sus amistades.
Degollada por la espalda, sin posibilidad de defensa
La tensión fue en aumento, y el 29 de junio la mujer echó del domicilio al acusado, que se fue a dormir al bar no sin antes haberla amenazado.
El 1 de julio, según consta en la resolución judicial, Zhen Jiang acudió al bar a trabajar, como todos los días. “Sin previo aviso, sorpresivamente y por la espalda”, su pareja le asestó “con un hacha de cocina un golpe en la nuca tan fuerte que le rompió el hueso occipital”.
La mujer quedó aturdida. En la cocina, estrecha, y sin posibilidad de defensa para la víctima, desde atrás, el investigado le cortó el cuello, “con sección completa de la musculatura cervical, yugular incluida, lo que ocasionó la muerte inmediata”.
Tras el crimen, el hombre, que no habla bien español pero lo entiende, se acercó a dependencias de la Policía Municipal de Pamplona, donde comunicó por medio del móvil y de gestos que había tenido un problema en el local. A tenor de las manchas de sangre y del nerviosismo que mostraba el inculpado, agentes de la policía acudieron al bar.