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El Servicio Riojano de Salud se prepara para la alta frecuentación con el Plan de Contingencia frente a la Gripe e Infecciones Respiratorias Agudas

 La consejera de Salud y Políticas Sociales, María Martín; el gerente del SERIS, Luis Ángel González, y la directora general de Salud Pública, Consumo ..

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La consejera de Salud y Políticas Sociales, María Martín; el gerente del SERIS, Luis Ángel González, y la directora general de Salud Pública, Consumo y Cuidados, Eva Martínez, han presentado este miércoles, 16 de octubre, el Plan de Contingencia frente a la Gripe e Infecciones Respiratorias Agudas (IRAs), patologías que cada año generan un aumento de la demanda asistencial con altos picos de frecuentación en los servicios sanitarios y en los puntos de urgencias y de atención continuada.

El Plan de Contingencia de la Gripe e IRAs establece la coordinación de los servicios y recursos de Salud Pública -a quien compete la vigilancia epidemiológica y la promoción de la salud- y Atención Primaria y Hospitalaria del SERIS, para optimizar tanto la prevención como la atención a la gripe y sus complicaciones. Para la consejera de Salud es necesario anticiparse ya que “queremos estar preparados para afrontar el desafío de la epidemia de la patología gripal y la respiratoria estacional que se registra en los meses de otoño e invierno”. Martín ha recordado la posibilidad de pedir cita previa a través de la app de RiojaSalud, tanto en medicina como enfermería. Además, se puede rellenar un formulario indicando qué nos pasa o pidiendo consejo y un profesional sanitario nos atenderá en el plazo de 24-48 horas.

En paralelo, se trabaja para establecer una mayor coordinación con el resto de comunidades autónomas. En este sentido, Martín ha recordado que en estos momentos cada Comunidad maneja diferentes indicadores. “Hay un esfuerzo por lograr unificar los indicadores en toda España, algo que resultaría muy útil para hacer frente a las distintas oleadas de infecciones respiratorias, como lo sería el que por fin la Agencia de Salud Pública de la que tanto se viene hablando fuera una realidad”.

 Salud Pública, base de un plan cimentado en la corresponsabilidad
“La corresponsabilidad es la clave, cada ciudadano con su propio cuidado, especialmente los más vulnerables”, ha señalado María Martín. Partiendo de aquí, el nivel no asistencial, Salud Pública, se convierte en la base de este Plan. Es la prevención el principal remedio contra la gripe, tanto con la adopción de hábitos saludables en un ejercicio personal de corresponsabilidad, siguiendo los consejos que desde la administración se indican (intensificar medidas de higiene, hidratarse mucho, protección frente a los cambios de tiempo en especial en colectivos vulnerables, utilización de mascarilla ante la presencia de síntomas…), como con la vacunación.

En este apartado, como novedad de este año, además de la vacunación anticipada de los grupos de riesgo, se va a vacunar frente a la gripe intranasal a los niños de 1º y 2º de Infantil. Y según la evolución epidemiológica y las tasas de vacunación, se abrirán agendas los sábados por la mañana para facilitar el acceso a las mismas. La directora general de Salud Pública ha recordado que nos hallamos en plena campaña de vacunación a todos los colectivos diana como la medida preventiva más importante frente a la gripe.

Desde Salud Pública se monitorizará de forma continuada la evolución de las infecciones respiratorias agudas atendiendo a distintos indicadores como incidencia, trasmisión en el tiempo, positividad… para ir de este modo informando a la población y permitiendo la movilización de los recursos de los diferentes niveles asistenciales.

Primero, Primaria y para los casos más graves, Urgencias
El siguiente eslabón del plan es Atención Primaria. El gerente del Servicio Riojano de Salud, Luis Ángel González, recuerda que “es necesario concienciarnos de la importancia de ser atendidos en el nivel más adecuado a nuestra situación clínica y que utilicemos, en primer lugar, los recursos de atención primaria, para blindar así las Urgencias del hospital para la atención a los casos de mayor gravedad”

De esta forma, dependiendo de los indicadores epidemiológicos de la gripe y de las infecciones agudas respiratorias, así como de la presión asistencial en cada momento, según ha explicado el gerente del SERIS, “se irán activando de forma secuencial las medidas contempladas en cada nivel sin necesidad de esperar que algún directivo o Jefe de la guardia deba de dar las instrucciones en cada caso, a veces en fin de semana o en el turno de noche”.

Desde Atención Primaria se va a priorizar la identificación de la población en situación de mayor vulnerabilidad (residencias y pacientes crónicos en sus domicilios sobre todo los de zona rural de difícil cobertura). En los centros de salud y Puntos de Atención Continuada se gestionará la demanda no programada y la atención urgente de los pacientes mediante la nueva consulta de acogida de enfermería en donde, una vez valorados con la ayuda de diferentes protocolos y de un test de Diagnóstico Rápido, se remitirá al paciente al recurso más apropiado (urgencias, consulta de personal sanitario correspondiente, etc.)

Para evitar la transmisión, y dependiendo de los indicadores epidemiológicos, los profesionales de las áreas administrativas recomendarán mascarilla a los pacientes que acudan, para minimizar la transmisión por gotas de la enfermedad, agilizando la atención de los pacientes sospechosos de gripe. En este ámbito, la prioridad es la identificación precoz de los casos para informarles sobre el beneficio de aplicar medidas de aislamiento en los domicilios y minimizar la transmisibilidad el virus, con circuitos en los centros, en donde sea posible, y evitando la acumulación de personas en las salas de espera.

Aumento progresivo de nuevos recursos en respuesta a la evolución de la gripe 
En el ámbito hospitalario, el Plan de Contingencia frente a la Gripe e Infecciones Respiratorias agudas se inicia desde el 1 de octubre de 2024 como fase preparatoria y está organizado en 4 diferentes niveles asistenciales con un reclutamiento progresivo de nuevos recursos como respuesta a la diferente actividad de la gripe y la sobrecarga que ello supone para la atención hospitalaria.

Basándose en diversos indicadores asistenciales (pacientes atendidos en urgencias, número de ingresos, ocupación de camas…) se derivan acciones como el incremento de pacientes atendidos desde el servicio de Hospitalización a Domicilio (HAD), maximizar plazas en la unidad de pre-ingreso y de corta estancia, doblar habitaciones, priorizar actividad quirúrgica sin ingreso o agilizar altas, entre otros.

Se prevé también un refuerzo de los profesionales, desde la creación de nuevas figuras, como el coordinador de camas en Urgencias en el turno de tarde y de enfermera gestora de casos en Medicina Interna/Infecciosas (con apoyo de trabajo social de referencia) ya desde el primer nivel de incidencia, hasta la sucesiva ampliación de jornadas de trabajo por las tardes y fines de semana.

Gripe e IRA
Las infecciones respiratorias agudas (IRA) son las enfermedades más frecuentes y la primera causa mundial de mortalidad por enfermedad transmisible (entre 500.000 y 650.000 fallecimientos anuales). En las temporadas no pandémicas, se calcula que la tasa de infección por gripe en adultos varía entre 1-15%, llegando al 30% en escolares, de hecho, la población pediátrica puede jugar un importante papel en el proceso de transmisión en periódicos epidémicos.

Típicamente la infección por el virus de la gripe se va a propagar en forma de olas epidémicas anuales, si bien en periodos interepidémicos pueden detectarse brotes, que pueden afectar más en centros dónde conviva población vulnerable. Múltiples factores influyen en la severidad de la infección (virulencia de la cepa, vulnerabilidad de la población afectada, porcentaje de cobertura vacunal alcanzado o coexistencia de otros procesos respiratorios) y condicionan la evolución y la frecuentación de los centros sanitarios. Así, las epidemias estacionales pueden llegar a afectar a un porcentaje elevado de la población, originando un aumento de ingresos hospitalarios por la propia infección y por descompensaciones secundarias que, a su vez, condicionan una elevada presión asistencial y una gran dificultad de gestionar de forma ágil los servicios de urgencias, además de un aumento de la morbimortalidad por estas causas.

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