El Papa Francisco ha sido dado de alta del Hospital Gemelli de Roma este domingo 23 de marzo, tras permanecer ingresado durante 38 días debido a una grave neumonía bilateral.
El Pontífice de 88 años realizó su primera aparición pública desde su hospitalización, ofreciendo una breve bendición desde el balcón del décimo piso del hospital antes de ser trasladado al Vaticano.
El Dr. Sergio Alfieri, director del equipo médico que atendió al Papa, informó que Francisco ha superado con éxito la neumonía, pero necesitará un período de convalecencia de al menos dos meses. Durante este tiempo, el Santo Padre continuará recibiendo atención médica y oxígeno suplementario según sea necesario.
En su breve alocución, el Papa apareció visiblemente cansado pero animado, saludando a la multitud con un gesto de la mano y un pulgar hacia arriba. Aunque su voz sonaba débil, logró dirigirse brevemente a los fieles reunidos, agradeciendo sus oraciones y mostrando su alegría por regresar a casa.
El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, confirmó que el Papa regresará a su residencia en Casa Santa Marta, donde continuará su recuperación bajo supervisión médica. A pesar de las dificultades enfrentadas durante su hospitalización, incluyendo dos episodios críticos que pusieron en riesgo su vida, las fuentes vaticanas expresan optimismo sobre la recuperación del Pontífice y su eventual retorno a sus actividades normales.
Esta experiencia ha reforzado el mensaje del Papa sobre la fragilidad de la vida y la importancia de la oración y la solidaridad en momentos de sufrimiento. Mientras la comunidad católica y el mundo entero celebran su regreso, el Vaticano pide continuar orando por la completa recuperación del Santo Padre.
Francisco, en el último Ángelus de su estancia en el Hospital Gemelli, indicó la importancia de la paciencia que induce a los hombres a la conversión. El Pontífice subrayó los cuidados del personal médico que lo asistió y, a continuación, expresó su dolor por la reanudación de los bombardeos sobre Gaza.
Fancisco concluyó dando las gracias a todos los que rezan por él, con una súplica para que «cesen las guerras y se haga la paz, especialmente en la atormentada Ucrania, Palestina, Israel, el Líbano, Myanmar, Sudán y la República Democrática del Congo».