Dolores Raigón: «La agricultura del futuro será ecológica o no será»

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Dolores Raigón es doctora en Ingeniería Agrónoma por la Universidad Politécnica de Valencia, catedrática de química agrícola y presidenta de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica. Raigón lleva años investigando diferentes alimentos y es autora de diversos libros sobre alimentación ecológica e investigadora principal de diversos estudios comparativos sobre la composición de los alimentos a nivel de nutrientes. Hace poco pasó por Pamplona. El consumo ecológico está en alza, por la mayor concienciación de los consumidores y mayor disponibilidad en las redes de comercialización. España es el primer país productor de agricultura ecológica en la Unión Europea

Pamplona/Iruña, 15 de febrero

¿El consumo ecológico parece que está en alza, por lo menos en Navarra ¿Qué crees que motiva este crecimiento?¿Por qué?

El consumo ecológico en Navarra está en alza pero es también una imagen de lo que está pasando a nivel nacional. Hace unos años España destacaba como primera potencia europea en producción ecológica, pero adolecíamos de estar a la cola del consumo. Es en 2015 cuándo se revierte esa situación y nos ponemos en ese TOP10 de países de mayor consumo en ecológico.

Las causas son varias: la concienciación del consumidor, mayor promoción por parte de los comités ecológicos y mayor disponibilidad de los alimentos en las redes de comercialización. El consumo está siendo espectacular, pero también merecido, porque creo que el sector siempre ha ido buscando ese consumo interno y al final ha llegado el momento.

¿Qué beneficios aporta el consumo de alimentos ecológicos? ¿Es únicamente un beneficio para la salud?

Los beneficios hay que verlos de una forma mucho más global. El consumo de alimentos ecológicos repercute en el pequeño  agricultor, en el pequeño ganadero, en la transformación más inmediata, y repercute también medioambientalmente, sobre todo bajo las condiciones del cambio climático que nos adolece. Intentar buscar esa transformación de la agricultura y la ganadería para la mitigación del cambio climático es también un gran beneficio. Por eso creo que en términos de salud podríamos hablar de salud social, salud económica, y, evidentemente, salud nutricional. 

¿Los alimentos convencionales y ecológicos son iguales a nivel nutricional como aseguran algunos estudios? En tus investigaciones afirmas lo contrario. Este parece ser un gran argumento para las personas que no creen en una agricultura ecológica y en una alimentación ecológica ¿Qué les dirías a las personas que creen que los alimentos ecológicos no aportan más que los convencionales?

Son muy curiosas las investigaciones realizadas en los últimos 10 años. Los resultados y las conclusiones en cuanto a poner en valor esa diferencia nutricional ya no son los que nos tenían acostumbrados. Este tipo de estudios tienen mucha repercusión mediática, y los trabajos tenían poco rigor científico. Ahora hay mucho más trabajo realizado con rigor científico, poniendo en comparación, por ejemplo, el cultivo en campo frente a otro cultivo en campo en otras condiciones. Eso es algo que ya avala el posible resultado que se pueda obtener.

Es cierto que podemos encontrar, por ejemplo, una lechuga con una mayor cantidad de calcio en un sistema que otro, porque eso depende del suelo. Si tenemos un suelo adecuado y el cultivo es convencional, puede que la lechuga absorba el calcio y tenga mayor contenido. Pero lo que los trabajos de investigación no dudan para nada es que los productos de producción orgánica presentan mayor contenido en sustancias de carácter antioxidante. Y nutricionalmente también se obtiene mayor valor nutritivo en los ecológicos.

Hay mucha confusión y mucho debate con los alimentos ecológicos o los alimentos locales. Muchas veces lo local desplaza a lo ecológico. ¿Qué opinas sobre este tema?

Es un debate muy actual entre los consumidores concienciados de lo ecológico. Un consumidor ecológico al 100% siempre va ir buscando esa repercusión en lo local, en la huella de carbono, km0... Es decir, en esos otros atributos que la normativa no contempla pero que están totalmente relacionados.

Evidentemente tenemos que considerar los parámetros que le dan más valor añadido a los productos, pero un alimento ecológico es el que cumple con unas condiciones y un alimento local puede ser ecológico o no, puede ser ecológico pero tiene otras características de proximidad o de apoyo a la economía local.

Es importante encontrar un equilibrio entre producción y consumo ecológico. ¿Qué ayudaría a que el consumo y producción caminaran de la mano?

Hay herramientas en esa línea muy interesantes. En grupos de consumo de Dinamarca lo que hacen es proteger el producto local, cuando los agricultores tienen su producto local al 100% de producción ese es el producto que se consume y sino es cuando entra en juego otro. Al fin y al cabo, son estrategias de apoyo al consumo y al comercio, pero para eso tiene que haber un grado de concienciación muy alto. Creo que actualmente en España no lo tenemos y entonces se genera polémica.

Hemos hablado mucho de consumo de alimentos ecológicos y poco de la producción. Como presidenta de la SEAE y conocedora del sector, ¿En qué situación se encuentra actualmente el sector?

Es un momento brillante, ni en nuestros mejores sueños pensaríamos que estamos ahí. Hay mucha gente joven que se ha incorporado tanto en la producción como en la elaboración porque ven que esta es la agricultura del futuro. Eso da mucho dinamismo en un sector en el que siempre decíamos que faltaba relevo generacional. Hasta ahora no ha sido un sector atractivo para gente joven pero ahora lo es y la gente joven se siente identificada con el sistema. Y como hay cada vez más demanda pues también ha aumentado la actividad agraria para abastecer esa demanda. El momento es bueno y lo es a todos los niveles. Las agendas internacionales, con el problema del cambio climático, están promoviendo otros  modelos agrícolas menos impactantes, la situación de las enfermedades del XXI vinculadas a la mala forma de alimentarnos también han propiciado el consumo. Hay que entender la alimentación desde otro punto de vista y otro modelo productivo. Incluso investigadores/as que jamás hubieran abierto la boca para hablar sobre ecológico ahora están postulándose en proyectos internacionales.

Los productores ecológicos pagan una tasa por certificarse, ¿Qué opinas de esto? ¿Qué opinas respecto a la certificación de agricultura ecológica? La mayoría de nuestras empresas opinan que los que no contaminan pagan y los que contaminan no, ¿Cómo lo ves?

Esa es la situación injusta que se produce en este sector. Pagan los que hacen las cosas bien. El modelo ecológico es un modelo certificado, y, por lo tanto, las cuotas de los operadores es una respuesta a esa certificación.  Si nos certifica un tercero, es el precio que se paga. Imaginemos que en un futuro la agricultura ecológica es el 98% de la agricultura y los que están haciendo las cosas mal son los que hay que vigilar, en ese caso tendría que pagar la cuota quién esté haciendo las cosas mal. Para ponerle valor a nuestra agricultura tenemos que pasar por estas cuotas, por ejemplo, las denominaciones de origen también se pagan.

Yo creo que por el momento hay que verlo como una certificación de calidad que te avala y estás produciendo bajo esa denominación. Es cierto que es una injusticia, pero tenemos que entender que es la vía para darle valor y un reconocimiento para el consumidor por ese precio premium.

Y hablando de certificación… a muchas personas les parece insuficiente ya que la normativa no incorpora criterios que desde la agroecológica se entienden como fundamentales ¿Crees que sería necesaria una revisión de la normativa que incluyera criterios de proximidad, o que facilitará la utilización de variedades locales, o la diversificación de actividad sin subida de tasa?

Acabamos de modificar la normativa y el proceso ha sido muy duro. Son modificaciones que creemos que son eficientes pero ponerlo en común y de acuerdo con los 27 países miembros de esta normativa europea es casi imposible, puesto que cada país tiene una casuística diferente. A no ser que políticamente el mapa cambie mucho y se camine hacia ese arraigo de lo social y medioambiental.

Personalmente, yo sí que creo que la normativa es carente de eso, solamente se contempla las cuestiones técnicas, pero no entra ni lo social ni lo medioambiental. He ido a visitar algunas explotaciones y están al límite de lo ecológico, pero como cumplen la norma tienen su derecho de obtener el sello.

Si en algún momento se incorporaran los valores sociales y medioambientales a mi me parecería estupendo, ya que iríamos hacia el modelo agroecológico, que siempre hemos echado en falta en la normativa.

Mientras eso no sea posible, también lo podemos hacer en nuestra propia explotación. Yo si quiero ser productora ecológica puedo hacerlo amparada bajo todos los criterios o solo cumpliendo la normativa. Si estoy abierta y tengo más conciencia social me iré al primer modelo.

Desde marzo de 2015 se les otorga a los estados miembros de la UE la capacidad de prohibir o restringir el cultivo de OGMs en todo o en parte de su territorio. Muchos países de la UE han prohibido el cultivo de transgénicos en su territorio, sin embargo el estado español sigue cultivándolos y es prácticamente el único país de la UE donde se cultivan a gran escala. ¿Qué opinas de ello? ¿Puede haber convivencia entre cultivos ecológicos y transgénicos?

Si hay una contradicción tremenda es la que ocurre en España. Es el primer país productor de agricultura ecológica en la Unión Europea y, al mismo tiempo, el primer país productor de transgénicos.

Hemos tenido problemas con los transgénicos. Casos de contaminación de miel con trasgenia, por ejemplo. Al fin y al cabo esto lo sufren el/la productor/a y el sector, puesto que están sometidos a un entorno muy agresivo.

A mí lo que me preocupa es que se esté dando apertura a tanta ciencia para transgénicos y de esta manera realmente se está convenciendo a  los/as agricultores/as de que eso es bueno y llegue a ser una agricultura de subvención. Los transgénicos están sujetos a voluntades políticas, y no sé si esto va a llegar a un fin. Desde luego, desde fuera se desprestigia mucho el valor de la agricultura ecológica española, cuando se sabe que es el primer país productor de transgénicos.

Actualmente la producción ecológica ¿con qué obstáculos se encuentra? ¿Y a qué retos se enfrenta?

El primer obstáculo es la nueva normativa que llegará en 2021 y aplicar las modificaciones. Aunque no sean muchas, estas cosas siempre cuestan y hay que concienciar a los/as agricultores/as de las modificaciones, por lo que el trabajo de los comités es muy importante.

A largo plazo, la ambición que tengo es que la agricultura ecológica sea la agricultura del futuro, y que el modelo agroecológico sea el modelo que nos da alimentos con una calidad de vida para los/ agricultores/as, consumidores/as y el planeta en general. La agricultura del futuro será ecológica o no será.

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