El consejero de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, José Mª Aierdi, ha visitado esta mañana un ensayo agrícola que analiza el impacto positivo que distintos tipos de fertilizantes orgánicos generan en los suelos y cultivos para adaptarlos al impacto del cambio climático. Esta iniciativa se enmarca en el encuentro internacional que, entre ayer y hoy, ha acogido a un centenar de expertos procedentes de diferentes países europeos, organizado por Agencia Ejecutiva Europea de Clima, Infraestructuras y Medio Ambiente (CINEA) y la Dirección General de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, que desarrolla en la Comunidad Foral el proyecto LIFE-IP NAdapta-CC de estrategias para la adaptación al cambio climático.
Una de seis áreas del proyecto LIFE NAdapta se centra en la adaptación de los agrosistemas a los efectos del cambio climático, mediante nuevos métodos de gestión del suelo de cultivo. En este contexto, durante su participación en la demostración del ensayo llevado a cabo en una finca experimental en Oloriz, localidad del valle navarro de Valdorba, el consejero Aierdi ha defendido “la investigación sobre usos óptimos de fertilizantes orgánicos, como alternativa a los químicos, para mejorar la competitividad del sector primario y avanzar hacia una agricultura verde adaptada al cambio climático que, al mismo tiempo, resulte rentable para las personas productoras”.
La visita de campo se ha realizado en una de las parcelas donde INTIA ensaya con fertilizantes minerales y orgánicos en cultivos extensivos, y a largo plazo, para determinar las necesidades de los suelos agrícolas en las condiciones agroambientales concretas de Navarra. En palabras de Aierdi, “este tipo de investigaciones son de gran valor, dado que nos permiten obtener resultados consolidados para conocer el momento óptimo de aplicación de los fertilizantes, su reparto y la dosis a aplicar, ajustándola a las necesidades reales con el consiguiente ahorro de recursos para el sector agrícola”.
El equipo que ha desarrollado este ensayo, integrado por personal técnico de las sociedades públicas INTIA y NILSA, en colaboración con la UPNA y en el marco del proyecto LIFE-IP NAdapta, ha expuesto in situ y sobre el terreno algunas de sus conclusiones ante 96 expertos que se han reunido en dos jornadas especializadas sobre resiliencia de suelos y su adaptación al cambio climático. La apertura del evento europeo se produjo ayer miércoles en Baluarte a cargo de la polaca Agnieszka Romanowicz, jefa adjunta de la agencia europea del clima (CINEA), y se cierra esta tarde con otras dos visitas de campo en las localidades alavesas de Vitoria-Gasteiz y Asparrena, dentro del proyecto LIFE-IP Urban Klima, paralelo al NAdapta navarro en Euskadi.
Conclusiones sobre el terreno agrícola
Durante su exposición técnica en la visita a la finca experimental de Oloriz, la especialista de INTIA Nerea Arias ha explicado que “con estos ensayos agrícolas somos capaces de obtener el coeficiente de equivalencia del nitrógeno orgánico, es decir, la cantidad de nitrógeno mineral que puede ser sustituida con el aporte de abonos orgánicos” y ha apuntado que “En experiencias previas, por ejemplo, hemos visto que los abonos tipo compost, el 30% del nitrógeno aplicado está disponible para el cultivo, con el consiguiente ahorro de fertilizantes minerales".
En la jornada se ha destacado que Navarra es una región en la que es posible encontrar una amplia gama de zonas climáticas. En 100 kilómetros de distancia, las precipitaciones varían enormemente, lo que hace de la Comunidad Foral un territorio con una enorme diversidad de paisajes, específicamente desde el punto de vista agrícola, y con muchos tipos de suelo y diferentes usos del mismo. Esta heterogeneidad es importante para identificar la vulnerabilidad real de Navarra al cambio climático y también para mejorarla.
Por parte de la UPNA, su técnico en suelos Iñigo Virto ha explicado que en cada una de las 12 zonas homogéneas en las que se ha dividido el territorio se han identificado indicadores que informan sobre la respuesta de los suelos agrícolas a las cuatro estrategias de manejo consideradas de interés para la adaptación al cambio climático: la agricultura de conservación, la optimización de las rotaciones, el uso de enmiendas o fertilizantes orgánicos y el regadío.
Las acciones del proyecto LIFE-IP NAdapta, la primera estrategia integrada para la adaptación al cambio climático en una región europea, se llevan a cabo en seis áreas dedicadas a prácticas adaptativas a la agricultura, además de los bosques, el agua, la salud, la planificación territorial o la monitorización. El proyecto lo lidera el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente y participan en el mismo las sociedades públicas GAN, INTIA, NASUVINSA y NILSA, así como la Universidad Pública de Navarra (UPNA).