Un estudio defiende el nuevo vial junto a las piscinas de San Jorge como mejor solución para el problema de la rotonda

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El estudio encargado por el Ayuntamiento de Pamplona para analizar el tráfico en el área de influencia de la glorieta entre las avenidas de San Jorge y Navarra concluye que la mejor opción es un eje norte-sur en superficie junto a las piscinas de San Jorge. Así se deduce del documento técnico, encargado a la empresa Leber Planificación e Ingeniería SA por un importe de 14.900 euros más IVA y que ha conocido esta mañana Gerencia de Urbanismo. El informe contempla hasta ocho escenarios diferentes y analiza el impacto en el tráfico, con el fin de establecer el orden de actuaciones a seguir en función de su viabilidad.

El escenario más favorable que recoge el documento contempla la construcción de un nuevo vial junto al cementerio municipal que uniría la avenida de Navarra con el camino de Miluze y Elizpea. Este vial conecta también con la avenida de San Jorge, a la altura del cruce con la carretera de Estella. Este escenario, complementado con un vial hacia Mendebaldea por la calle Arcadio María Larraona, eliminaría 2.300 vehículos en la rotonda.

Esta reducción se incrementa hasta los 5.100 vehículos con la nueva glorieta prevista en las obras del TAV, supeditadas a la ejecución del PSIS, que elimina la intersección semaforizada en el entorno del puente medieval de Miluze. El análisis técnico recoge que el movimiento de tráfico principal dentro de glorieta es el longitudinal a la avenida de Navarra, por ello la ejecución de alternativas a este movimiento permiten reducir el tráfico en el nudo.

En cuanto a la opción del soterramiento del eje del nudo correspondiente a la avenida de Navarra, bajo la glorieta, elimina en superficie 22.300 vehículos, pero no resuelve las conexiones de la rotonda y los movimientos internos actuales dentro del barrio, que habría que preservar. Además, crea problemas de accesibilidad, ya que genera unas rampas de acceso al túnel de al menos 120 metros cada una en cada lado de la glorieta, lo que crearía nuevas barreras arquitectónicas.

Si se entierran los dos ejes en una intersección bajo la actual rotonda, se necesita un espacio que no está disponible y en el caso de plantear ejes a distintos niveles, uno de los dos ejes necesitaría que las zanjas de las rampas de acceso dispongan de más de 200 metros de longitud, lo que provocaría un problema de permeabilidad superior al actual. Este problema se ha aliviado en parte con la finalización de los nuevos pasos de peatones semaforizados la semana pasada, una importante mejora para la movilidad peatonal y la permeabilidad del barrio, que permite “humanizar” el entorno de la glorieta.

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