El verano está a la vuelta de la esquina y quizás sea la época en la que consumimos más agua. No obstante, tomar suficiente cantidad de agua es algo a lo que deberíamos prestar más atención durante todo el año, ya que esta se encuentra presente tanto en tejidos corporales como en órganos vitales. Asimismo, su ingesta resulta necesaria para la realización de funciones tales como la digestión, la absorción y metabolización de nutrientes, el favorecimiento del tránsito intestinal, la termorregulación corporal, la mejora del funcionamiento de los riñones o la eliminación de toxinas.
Es por ello que hemos decidido desmentir algunos mitos y mencionar algunos consejos para beber agua y mantenerse bien hidratado sin darse apenas cuenta.
El mito de la botella
Muchas personas deciden tener siempre cerca una botella de agua con la finalidad de ir bebiendo sorbos cada vez que la ven. En realidad, esta no es la mejor solución, ya que si nos pasamos el día bebiendo es probable que tomemos más líquido del que necesitamos y esto no es bueno. Ingerir más agua de la necesaria puede tener consecuencias negativas para nuestro organismo tales como problemas digestivos, problemas musculares, sudoración extrema e incluso, en casos excepcionales, la muerte.
Del mismo modo que debemos tener un horario para las principales comidas del día es bueno que hagamos lo mismo con el consumo de agua. Por tanto, una buena rutina sería empezar el día con uno o dos grandes vasos de agua antes del desayuno, tomar alguno más durante la mañana, uno o dos antes de la comida, otros dos durante la tarde y otro más antes de cenar.
¿8 vasos de agua al día?
Muchos son los anuncios que nos recuerdan constantemente que nuestro cuerpo está compuesto por un 60% de agua y la importancia de beber 8 vasos de esta al día para mantenernos hidratados. No obstante, la edad, la nutrición y el estilo de vida son algunos de los factores que influyen en la cantidad de agua que compone el cuerpo de cada individuo. Por tanto, un deportista necesitará ingerir mucha más agua que una persona sedentaria. Ejemplo de ello lo encontramos en los deportistas profesionales. Los jugadores de fútbol deben hidratarse considerablemente antes y durante el partido para mantener unos buenos niveles de hidratación que les permitan continuar en el partido y poder ser los que marcan la diferencia, pues saben que las casas de apuestas tienen la vista puesta en ellos.
Además, el porcentaje varía entre hombres y mujeres, ya que éstas tienen más tejido adiposo, el cual contiene menos agua que el músculo. Así pues, las mujeres tienen un menor porcentaje de agua en su organismo.
Recuperar la sed
Un problema que está creciendo cada vez más en nuestra sociedad es el hecho de que cada vez nos apetece menos beber agua. Expresiones como: ¡Es que no tengo sed! o ¡nunca me acuerdo de beber! son cada vez más comunes. Esto sucede porque cuando nuestro cuerpo nos pide agua le damos un refresco, un zumo, batidos caseros, etc. De este modo, nos habituamos a ingerir otros líquidos que nos aportan muy poca agua y que, en realidad, no nos quitan la sed ni nos hidratan. Por tanto, una vez adquirido este hábito, es normal no sentir apetencia por el agua. En este caso, es imprescindible reeducarse y recuperar las ganas de beber, la sed. Para ello, podemos hacer algo tan simple como no ingerir ningún tipo de líquido hasta que sintamos que estamos sedientos. Cuando esto suceda, lo ideal sería beber hasta sentirse saciado sin importar la cantidad de agua, sin forzar.
Agua saborizada y agua con gas
Una forma muy fácil de tomar más líquido en invierno es consumiendo caldos e infusiones. De igual modo, cuando aprieta el calor siempre nos apetece algo refrescante y tendemos a tomar refrescos azucarados y otras bebidas que nada tienen que ver con el agua. Un truco que nunca falla es tomar agua saborizada. Es tan fácil como rellenar una jarra con hielo, agua y unas rodajas de la fruta que más nos guste. Una combinación estupenda es la de lima, limón y pepino. Asimismo, el agua con gas bien fría y unas rodajas de limón es otra manera de consumir agua de una forma saludable.







