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'Pax Avant', Navarra cumple con la tradición del Tributo de las Tres Vacas, el tratado fronterizo más antiguo de Europa

La vicepresidenta segunda del Gobierno de Navarra, Ana Ollo, ha asistido este mediodía en el paraje de Ernaz (Isaba / Izaba) a la ceremonia

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  • Ollo ha destacado la “plena actualidad” del mensaje que transmite la celebración

La vicepresidenta segunda del Gobierno de Navarra, Ana Ollo, ha asistido este mediodía en el paraje de Ernaz (Isaba / Izaba) a la ceremonia del Tributo de las Tres Vacas, el tratado transfronterizo en vigor más antiguo de Europa. Ollo, que también es consejera de Memoria y Convivencia, Acción Exterior y Euskera, ha resaltado la “plena actualidad” del mensaje que subyace en esta efeméride, puesto que simboliza un acuerdo de paz desde la colaboración transfronteriza justo en un momento en el que Europa sufre las amenazas de la guerra y de las corrientes involucionistas que cuestionan el proyecto común europeo.

El acuerdo, que data de 1375, puso fin a las disputas entre los valles fronterizos de Roncal y Baretous (Alto Bearn-Francia) por el disfrute de los pastos. El tributo, que tiene lugar todos los años el 13 de julio, es la aportación en especie -tres vacas- que los ganaderos del valle de Baretous deben pagar a sus vecinos fronterizos de Isaba, Garde, Urzainqui / Urzainki y Uztárroz / Uztarroze, todos ellos en el valle de Roncal, por el derecho al disfrute de sus pastos. 

Las reses que se entregan tienen que ser "sine mácula" (sin manchas) y del mismo "astaje, pelaje y dentaje". Justo antes de la entrega de los animales, los representantes municipales de los valles de Roncal y Baretous, ataviados con la indumentaria tradicional de la zona, renuevan el compromiso de paz que puso fin a las disputas. Éste queda sellado simbólicamente mediante la imposición de sus manos sobre la piedra de San Martín, que señala la muga nº 262 entre España y Francia, y la expresión "pax avant" (paz de ahora en adelante) que todos repiten al unísono en señal de concordia y colaboración. 

Se desconoce el origen y la causa del pago. Durante siglos, este tributo se realizó de forma continuada hasta que, en el siglo XIV, dejó de llevarse a cabo, lo que provocó numerosos enfrentamientos. Fueron estas contingencias el germen de la sentencia arbitral que se acordó en 1375, y que desde entonces se ha celebrado sin interrupción. 

El tratado está basado en la llamada sentencia arbitral de Ansó, después de que las partes buscaran en este municipio aragonés de los Pirineos -que entonces pertenecía a un reino diferente a los litigantes- a un mediador para dirimir sus asuntos. 

Más allá del contenido histórico y del valor cultural de esta tradición, la consejera Ollo ha querido resaltar en este acto la plena actualidad de “un lugar y un día muy simbólico para todos y todas los que estamos aquí presentes, ya que confluyen una mirada al pasado en forma de una tradición milenaria con la apuesta de un futuro común y en paz”.

“Lo hacemos” ha añadido la consejera, “en un lugar espacio tan emblemático como este paraje, que en sí mismo es un punto de encuentro de varios territorios, lenguas y culturas. Un ejemplo de que las fronteras no separan, sino que unen”.

Según la vicepresidenta, “lo que fue todo un logro hace ya casi siete siglos sigue siendo de gran actualidad en la Europa del siglo XXI, amenazada por guerras y por involuciones de la mano de corrientes políticas que hacen del conflicto, el desacuerdo y la exclusión su bandera. Y hoy simbolizamos justamente lo contrario cuando renovamos este acuerdo de 1375”.

El año 2011 el Gobierno de Navarra declaró el acto Bien de Interés Cultural Inmaterial y Fiesta de Interés Turístico de Navarra.

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