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Cartas al director: "Siempre lo mismo…"

Por Isaac Hueso

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 "Siempre lo mismo…"

“Ya estoy harto, no quiero salir más. Siempre lo mismo…” cantaba Kortatu por otras razones. Sea jueves, lunes, martes…, ‘de mierda te hartes’. Dicen que pisarlas da suerte… A mí, no.

La cifra de perros en Navarra ha superado ya a la de niños y niñas. Pasean con sus dueños y, en general, se comportan con relativa educación. Y digo relativa porque, ¿quién no ha visto más de uno de estos animales suelto, o meando en una acera, un edificio, o un árbol, como si fuera lo más normal del mundo? Ese líquido es corrosivo y acaba irremediablemente con las plantas y estropea la piedra, el metal o la madera. A los niños se les enseña que es correcto ‘hacer pis’ en un rincón, esquina o en un árbol. ¿Cómo no van a hacerlo los compañeros perrunos? Y si hablamos de pisar algo sólido, gelatinoso y aromático que nos alegre el día y haga que la fortuna nos sonría, no hay más que salir por cualquier lugar de la ciudad. Todo está minado.

Podemos ver jardineras y jardineros maldiciendo por pisar esas minas caninas, salpicándose desde el calzado hasta la cara con sustancias de textura inconfundible. Así es cada día. Cada … de día: quitando excrementos para poder trabajar, dando toques de atención a propietarios de perros que incluso se enfrentan al personal con frases reales y literales como éstas:

 “¡Me importa una mierda!”, “¡yo nunca recojo lo que deja mi perro en zona verde!”, “¡ah!, ¿pero hay que recoger los excrementos en los jardines?, “los alcorques están hechos para eso, para que los perros caguen”, “¡TÚ!, ¡LO VAS A RECOGER TÚ, QUE PARA ESO TE PAGAMOS!”.

Esa parte tan educada de la ciudadanía que nos deja amablemente al resto de la población sus regalos debajo del árbol, suele ser la misma que, sin autoridades a la vista, llevan a su mascota suelta porque: “¡tranquila, mi perro no hace nada!”.

¡Hasta dueñas y dueños responsables se quejan de la suciedad y de la mala educación e incivismo de quienes no lo son!

Jamás he coincidido en el instante de ver poner una multa o de advertir por llevar un perro suelto o depositando sus deyecciones sin recogerlas. Posiblemente lo hagan, pero yo no lo he visto. Seguramente habrá otras mierdas más importantes de las que ocuparse.

¿La solución para mitigar esta lacra de mala praxis es multar? Quizás. Pagar, duele. Y mucho. Molestar y ensuciar la vida de otras personas no, pero pagar, sí.

Quien quiera hacer bien todo llevará su espray con agua y desinfectante para los orines, recogerá siempre los excrementos y los depositará en una papelera canina de las rojas (que haberlas, haylas) o en un contenedor de restos orgánicos y, por supuesto, no llevará el perro suelto por los parques, zonas verdes y calles, si no que lo soltará en las Zonas de Esparcimiento Canino habilitadas. Al fin y al cabo, será respetuoso con la libertad del resto de las personas, que no tienen por qué ser amantes de los animales y pueden tenerles miedo. El amor y el miedo son libres.

Y quien quiera seguir siendo incívico, grosero, guarro…, continuará así hasta que se deje de mirar para otro lado y se le meta mano al asunto.

Mientras tanto, seguiremos igual: desinfectando la ropa, la herramienta y el cuerpo.

Seguro que habrá personas que no den crédito a estas líneas e incluso les molesten. Pues, para verlo y sin ánimo de ofender, que se vayan a la…......Taconera, por ejemplo.

¡Suerte! O como en el mundo de la farándula, ¡mucha mierda!

Isaac Hueso

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