El expresidente de la Generalitat y líder de Junts, Carles Puigdemont, ha anunciado que el grupo parlamentario de Junts per Catalunya en el Congreso de los Diputados ha registrado una iniciativa para solicitar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que se someta a una cuestión de confianza. La declaración se ha realizado desde Bruselas, tras una reunión de la Dirección Ejecutiva Nacional de Junts, en la que se evaluó el primer aniversario del Acuerdo de Bruselas firmado entre Junts y el PSOE.
Puigdemont ha criticado duramente el balance del primer año de este acuerdo, al considerar que Pedro Sánchez «no ha dedicado los esfuerzos que le pedimos». Entre los puntos que, según el líder independentista, reflejan el incumplimiento del pacto, ha señalado que el catalán sigue sin ser lengua oficial en la Unión Europea, que la ley de amnistía «no es completa» y que ha habido «un silencio absoluto» por parte del Gobierno frente a la decisión del Tribunal Supremo de no aplicar una ley vigente.
El líder de Junts también ha cargado contra la «retórica de normalidad» del Ejecutivo español, señalando que esta actitud contradice «el espíritu y la letra del Acuerdo de Bruselas» para abordar el conflicto político. Puigdemont cuestionó, de manera irónica: «Si ya disfrutamos de una normalidad tan maravillosa y fecunda, ¿qué sentido tiene para el PSOE negociar acuerdos para superar un conflicto que, según ellos, ya no existe?».
La petición de someter a Sánchez a una cuestión de confianza se justifica, según Puigdemont, en el compromiso adquirido por Junts durante el debate de investidura del presidente. «Dejamos claro que, si avanzábamos, la legislatura tendría recorrido. Pero si solo se trataba de marear la perdiz, Junts no sería el apoyo que el Gobierno buscaba», recordó.
El líder independentista concluyó afirmando que ha llegado el momento de decidir entre «un punto de inflexión o dejarlo correr», subrayando que, tras un año de legislatura, «las cosas no van bien». Esta declaración supone un nuevo desafío para el Gobierno de Pedro Sánchez, que deberá lidiar con las crecientes tensiones en su relación con los partidos independentistas que apoyaron su investidura.