Navarra encara el año 2025 con un panorama económico más equilibrado que el de otras regiones europeas, aunque no exento de retos, especialmente en el ámbito industrial. Así lo destacaron este martes Ibón Urgoiti, responsable de desarrollo de negocio de Laboral Kutxa, y Joseba Madariaga, encargado de la elaboración del estudio de perspectivas económicas de la entidad, en una presentación en la que también participó Javier Cortajarena, director territorial de Laboral Kutxa en Navarra.
Joseba Madariaga, director de estudios de Laboral Kutxa y responsable del informe sobre las perspectivas económicas para 2025, ha trazado un panorama mixto para Navarra y el resto del Estado. Durante la presentación del estudio, Madariaga comenzó destacando que el crecimiento en la eurozona sigue siendo «decepcionante», con una previsión de apenas un 1,1 % para 2025. Esta ralentización afecta especialmente a Alemania y Francia, socios clave de la economía española, lo que supone un desafío adicional para regiones como Navarra, caracterizadas por su apertura al comercio exterior.
España: impulso desde la demanda interna
Madariaga recordó que España ha logrado mantener un crecimiento sólido, cerrando 2024 con una tasa interanual del 3,4 %. Según el experto, la demanda interna ha sido el principal motor del avance económico, aportando 0,9 puntos porcentuales al PIB, mientras que la demanda externa tuvo un impacto negativo de -0,1 puntos. Este dinamismo interno, unido a una recuperación del consumo privado y la mejora del mercado laboral, permitió que el Banco de España revisara al alza las previsiones de crecimiento del PIB para 2024, situándolo en un 2,8 %.
Para 2025, aunque se prevé una moderación en el crecimiento al 2,2 %, España continuará mostrando un comportamiento más favorable que otras economías de la eurozona, beneficiándose del empuje del sector servicios y de una política monetaria más flexible.
Navarra: un crecimiento estable, pero con retos
En el caso de Navarra, Madariaga destacó que el PIB creció un 0,6 % intertrimestral en 2024, alcanzando una tasa interanual del 3 %. Aunque estas cifras son positivas, se sitúan por debajo del promedio nacional debido a un menor dinamismo en los sectores industrial y de servicios. Sin embargo, subrayó que el comportamiento de la producción industrial en Navarra ha sido netamente expansivo, superando los registros del conjunto del Estado.
Para 2025, Navarra enfrentará una moderación en su crecimiento, con una previsión del 1,9 %. Según Madariaga, la economía navarra está particularmente expuesta a los efectos negativos de los aranceles internacionales, dada su apertura al comercio exterior. Este factor, unido a la desaceleración en Alemania y Francia, pone de relieve la necesidad de fortalecer la competitividad regional y diversificar los mercados de exportación.
Inflación y empleo: señales positivas
En cuanto a la evolución de los precios, se espera una moderación en Navarra, pasando de una tasa del 2,6 % en 2024 al 1,9 % en 2025. En el ámbito laboral, Madariaga señaló que la tasa de paro continuará mejorando, descendiendo del 7,9 % en 2024 al 7,5 % previsto para 2025. Este dato, aunque positivo, refleja la necesidad de seguir impulsando políticas que fomenten el dinamismo del mercado de trabajo en sectores estratégicos.
En resumen, Madariaga pintó un panorama económico con claroscuros para Navarra. Aunque la comunidad ha mostrado un desempeño sólido en 2024, especialmente en el ámbito industrial, 2025 estará marcado por una ralentización del crecimiento y un entorno internacional complejo. Según el experto, será clave reforzar la competitividad y aprovechar las oportunidades que ofrece la moderación de los precios y la mejora en el empleo para afrontar con éxito los retos del próximo año.
Contexto internacional y sectorial
Ibón Urgoiti, Director de Desarrollo de Negocio de Laboral Kutxa señaló que el contexto internacional sigue marcado por la incertidumbre derivada de los conflictos geopolíticos en Ucrania y Oriente Próximo, junto con la inestabilidad política en Estados Unidos. Estos factores impactan a la economía global, especialmente en sectores clave como el manufacturero, que enfrenta un debilitamiento significativo.
En Europa, el sector industrial, y en particular el alemán, está sufriendo las consecuencias de los altos costes energéticos y de la pérdida de competitividad ante el empuje de China en la automoción. Esto afecta a las cadenas de suministro y limita las posibilidades de recuperación económica, agravado por una política fiscal más restrictiva en la eurozona.
En el caso de España, el comportamiento económico sigue siendo relativamente positivo, con un crecimiento del 3 % previsto para el cierre de 2024 y una ligera moderación en 2025. La fortaleza del sector servicios y el dinamismo del mercado laboral, con una tasa de desempleo muy baja, favorecen el consumo interno, aunque el reto del sector industrial sigue presente.
Navarra: entre claroscuros y retos
En el caso de Navarra, la previsión de crecimiento económico para 2025 es del 1,9 %, una cifra moderada que refleja un panorama más equilibrado respecto a otras regiones con un mayor impacto en el sector manufacturero. Según Urgoiti, el desempeño del sector industrial en la comunidad ha logrado mitigar algunos de los efectos adversos que afectan a otras áreas más dependientes de la industria pesada, aunque los retos siguen siendo significativos.
Entre los desafíos para el futuro, se destacó la necesidad de fomentar la competitividad y reducir la dependencia energética, además de impulsar la digitalización y la innovación en el sector manufacturero para asegurar su sostenibilidad y crecimiento.
El sector servicios, por su parte, continúa siendo un pilar importante para la economía navarra, aunque no muestra el mismo dinamismo que en el conjunto de España. La capacidad de mantener el equilibrio entre ambos sectores será clave para consolidar un crecimiento estable en los próximos años.
Política monetaria y oportunidades
En cuanto al entorno financiero, la flexibilización de la política monetaria y el ajuste de los tipos de interés, previstos en torno al 3 % y con una perspectiva de llegar al 1,75 %, podrían aliviar las condiciones de financiación para empresas y consumidores. Esto podría reactivar sectores como la construcción y el inmobiliario, aunque el impacto en Navarra será más moderado debido a las particularidades del mercado regional.
En conclusión, Navarra afronta un futuro económico con luces y sombras. Aunque la comunidad muestra un panorama más equilibrado que otras regiones, el desafío de mantener la competitividad industrial y fomentar la innovación será crucial. Tal como subrayaron los expertos, la cautela y la planificación estratégica serán esenciales para superar los retos y aprovechar las oportunidades en un entorno económico global marcado por la incertidumbre.