Aunque la baja autoestima no se cataloga como una enfermedad mental per se, existen conexiones evidentes entre nuestra percepción de nosotros mismos y nuestro bienestar mental y emocional en general. Los psicólogos en Barcelona expertos en autoestima, describen la autoestima como "el conjunto de sentimientos que una persona tiene acerca de sí misma y de sus acciones". En consecuencia, una persona con una autoestima elevada tiene una alta valoración de sí misma y es capaz de reconocer sus cualidades positivas, lo que generalmente la motiva a buscar una vida plena y exitosa. Por otro lado, alguien con una autoestima baja experimenta sentimientos negativos sobre sí mismo, creyendo que no merece amor, felicidad ni éxito.
¿Qué causa la baja autoestima?
La falta de confianza en uno mismo puede tener sus raíces en las vivencias de la niñez. Si en los primeros años de vida experimentaste dificultades para encajar en el entorno escolar, te sentiste presionado por las expectativas parentales o sufriste el abandono o el maltrato, es probable que hayas desarrollado percepciones negativas profundamente arraigadas sobre tu propia valía.
Los adolescentes, en particular las jóvenes, a menudo se ven expuestos a mensajes y estándares poco realistas a través de las redes sociales y los medios de comunicación, lo que puede llevarlos a creer que su valía se basa en su aspecto físico o su comportamiento. Esta presión social puede desencadenar sentimientos de baja autoestima y autocrítica. Asimismo, el bajo rendimiento académico o el acoso escolar pueden contribuir a la disminución de la autoestima.
Los eventos estresantes de la vida, como relaciones sentimentales insatisfactorias, pérdidas o enfermedades graves, también tienen el potencial de minar la autoestima de una persona. Estos desafíos emocionales pueden generar dudas y una percepción negativa de uno mismo, lo que a su vez afecta la confianza y la autovaloración.
¿La autoestima afecta realmente a la salud mental?
A través de estudios que establecen una conexión entre la autoestima deficiente y los trastornos de salud mental, así como una disminución en la calidad de vida, se pone de manifiesto la posibilidad de adoptar un estilo de vida riesgoso. Estos son solo algunos ejemplos de cómo la baja autoestima puede influir negativamente en la salud mental y sugerimos enfoques para trabajar en su mejora:
Malas relaciones
Desde Proyecto Art nos comentan que como individuos, buscamos activamente la interacción con nuestros semejantes, y las relaciones que cultivamos con aquellos más próximos a nosotros juegan un papel fundamental en la construcción de nuestra identidad. Por ende, las relaciones adversas conllevan inherentemente emociones desfavorables y contribuyen a forjar una imagen poco favorable de nosotros mismos.
Adicción
Según investigaciones psicológicas, se ha observado que la falta de confianza en uno mismo durante la niñez y la etapa temprana de la vida adulta puede aumentar la probabilidad de desarrollar adicciones en el futuro. Muchas personas que luchan con la adicción recurren a sustancias como drogas o alcohol como una forma de paliar los sentimientos negativos que experimentan respecto a su propia valía. Sin embargo, con el paso del tiempo, esta estrategia de evasión se convierte en una dependencia, lo cual, por supuesto, tiene repercusiones perjudiciales en la ya debilitada autoestima de estas personas.
Depresión por ansiedad
La baja autoestima a menudo se entrelaza en un ciclo complejo con otras condiciones de salud mental, como la depresión y la ansiedad. La secuencia precisa de estos trastornos puede resultar difícil de determinar, pero es evidente que la coexistencia de estos problemas es bastante común y plantea desafíos significativos.
Por ejemplo, una persona que ya enfrenta una enfermedad mental puede experimentar una disminución en su autoestima debido al estigma social que a menudo rodea a dichas condiciones. Este estigma puede contribuir a la creencia de que de alguna manera han fallado o son inferiores, lo que, a su vez, puede intensificar los síntomas de la enfermedad mental y dificultar aún más su recuperación. Este ciclo negativo puede tener un impacto considerable en la calidad de vida de la persona y su capacidad para enfrentar sus problemas de salud mental.
¿Qué problemas de salud están asociados con la baja autoestima?
Una autoestima deficiente puede estar relacionada con condiciones de salud tales como la depresión y la ansiedad, así como trastornos alimentarios, fobia social, el trastorno por déficit de atención e incluso el uso problemático de sustancias. Esta falta de autovaloración puede desencadenar y agravar estas condiciones, haciendo que sea fundamental abordarla en la atención médica y psicológica.
¿Se puede construir la autoestima para mejorar la salud mental?
Fomentar la autoestima resulta esencial para nuestro bienestar integral. Cuando aprendemos a apreciarnos, nos esforzamos por mejorar diversos aspectos de nuestra vida, como cultivar relaciones más gratificantes, construir una carrera más satisfactoria o superar adicciones. Sin embargo, modificar los arraigados sentimientos negativos que tenemos sobre nosotros mismos suele ser un desafío considerable. En muchas ocasiones, los profesionales recomiendan la búsqueda de terapia, especialmente la terapia cognitivo-conductual, para explorar las causas subyacentes de nuestros pensamientos autocríticos.
El factor fundamental radica en cuestionar y transformar estos pensamientos negativos en pensamientos más positivos y saludables. Además, resulta crucial aprender a cuidar tanto de nuestra mente como de nuestro cuerpo a través de un estilo de vida saludable. Una alimentación equilibrada, la práctica regular de ejercicio y la meditación pueden constituir los primeros pasos hacia la recuperación de la confianza tanto física como emocional.
La interacción plena con las personas a quienes queremos desempeña un papel importante. Sentirnos amados y respaldados, al igual que brindar amor y apoyo a los demás, es una manera efectiva de empezar a fortalecer nuestra autoestima. En caso de carecer de amigos cercanos o familiares, es válido considerar unirse a un grupo de apoyo o incluso ofrecerse como voluntario. Brindar ayuda a los demás se revela como una excelente forma de ayudarnos a nosotros mismos.