En esas investigaciones se pudo comprobar que uno de los detenidos realizaba numerosas transacciones de droga tanto en su domicilio como en las inmediaciones de este. En una de ellas, en el mes de abril, se aprehendieron 191 gramos de hachís a una persona que había acudido al domicilio del investigado para adquirir dicha sustancia.
La investigación llegó a su fin la tarde del pasado 5 de septiembre. Realizando un dispositivo de vigilancia en inmediaciones del domicilio del investigado, se personó un hombre en compañía de este y accedió al domicilio junto a él. Pasados 10 minutos, salió del domicilio y las y los agentes procedieron a identificarle, comprobando que portaba consigo 1 kilo de hachís y 985 euros en metálico. Por ello, esta persona fue detenida por un Presunto Delito contra la Salud Pública.
Unas horas después, cuando el investigado abandonó su domicilio, también fue detenido por un Presunto Delito contra la Salud Pública. En la entrada y registro posterior que se realizó en su domicilio, en la que participaron agentes de las Secciones Centrales de Investigación Criminal y Policía Judicial de la Ertzaintza y la Unidad Canina de la Ertzaintza, se ocuparon entre otras evidencias, aproximadamente 1700 gramos de hachís, útiles para el tráfico de droga tales como básculas de precisión, plásticos para dosificar las sustancias estupefacientes y varios sellos utilizados para marcar las tabletas de hachís, anotaciones manuscritas presumiblemente relacionadas con la compraventa de drogas y 3.300 euros en metálico.
En esta operación, también se han abierto diligencias como investigado a otro hombre de 24 años.
Finalizadas las diligencias, los detenidos fueron puestos a disposición judicial.