Las calles del Casco Viejo de Iruñea se llenaron este sábado, 13 de diciembre, de voces y pancartas en contra del negocio turístico y de la especulación inmobiliaria. La manifestación, organizada por el Sindicato Socialista de Vivienda de Iruñerria, contó con el respaldo de más de una docena de colectivos sociales de la ciudad, entre ellos Nahiko AZ, el Sindicato de Vivienda de Haritu, la PAH de Berriozar, Martes al Sol, Dar Etxea, PIM-MIG, Salhaketa Nafarroa, AZGM, GKS, CGT-LKN Nafarroa y CNT Iruña.
La movilización, que partió a las 18:00 desde la Plaza de Recoletas, recorrió las calles del Casco Antiguo hasta llegar al portal número 18 de la calle Mercaderes, donde los vecinos llevan meses luchando contra lo que denuncia una presión de Vidaurre Group, propietaria del edificio de 11 viviendas. Según denuncian, en abril pasado la empresa les comunicó que debían abandonar sus hogares para transformar el bloque en apartamentos turísticos. Además, los inquilinos han denunciado prácticas de acoso como la realización de obras sin sentido y sin fecha de finalización, la inutilización del ascensor o la falta de reparación del agua caliente.
Durante la marcha, los participantes reivindicaron los efectos negativos del negocio turístico sobre la clase trabajadora: la expulsión del vecindario, el empeoramiento de las condiciones de vida y la destrucción de redes comunitarias. Con carteles y pegatinas, señalaron establecimientos turísticos concretos, especialmente en la calle Eslava, como ejemplos de una tendencia creciente que, según denunciaron, antepone el beneficio económico a los derechos de la ciudadanía.
En el acto final, los convocantes subrayaron que en el Casco Viejo ya existen 225 viviendas turísticas, lo que representa 1 de cada 30 viviendas destinadas al turismo, y alertaron de que Mercaderes 18 es solo un caso más. Recordaron otros proyectos recientes y en marcha, como la apertura de un bloque turístico en el número 13 de la calle Eslava, la conversión de un edificio en la calle San Agustín en hostal y el proyecto del macro-hostel de Unzu, que sería el mayor establecimiento turístico del Casco Viejo. Según los organizadores, “todo esto supone un chollo para quienes hacen negocio con el turismo y miseria para la clase trabajadora”.
Los vecinos de Mercaderes 18 tomaron la palabra para agradecer el apoyo recibido durante estos meses. Aseguraron haber recibido “mucho calor” por parte del barrio y del sindicato, y afirmaron que su decisión de organizarse y luchar nació de la necesidad de enfrentarse a la presión de la empresa. Sin embargo, remarcaron que su lucha va más allá de su edificio: “Nos concierne a todas las personas que sufrimos las consecuencias del negocio de la vivienda y a quienes creemos que la vivienda debe estar garantizada para todo el mundo”. Animaron, además, a quienes se encuentren en situaciones similares a no guardar silencio ni sentir vergüenza, invitándoles a unirse a la movilización y al sindicato.
Por su parte, el Sindicato Socialista de Vivienda insistió en la necesidad de que la clase trabajadora tenga el control sobre las viviendas y que nadie obtenga beneficios a costa de necesidades básicas. En este sentido, han reafirmado su compromiso de seguir luchando para que la vivienda sea de calidad, gratuita y universal, y de oponerse a proyectos de apartamentos turísticos que amenacen la vida comunitaria y los derechos de quienes viven en el Casco Viejo de Iruñea.







