Este lunes cierra su temporada el Albergue de Jesús y María, que volverá a abrir sus puertas a los peregrinos el 13 de enero
Pamplona, 20 de diciembre
Más de 21.500 peregrinos (21.555 para ser exactos) han pasado este año 2013 por el albergue municipal Jesús y María. Situado en la calle Compañía, 4, el albergue municipal cierra sus puertas hasta el 13 de enero, fecha en la que volverá a dar servicio.
Se trata de un incremento importante de pasajeros, ya que han pasado por el albergue mil más que en 2012. De ellos, 15.045 (el 69,8%) han sido extranjeros que transitaban por Pamplona dentro de la Ruta Jacobea y el resto, 6.510 personas han sido españoles, lo que supone que el peregrino nacional alcanza un 30,1% de la cifra total.
Los meses de más afluencia se sitúan entre abril y septiembre, con unos 3.000 peregrinos de media por mes, aunque marzo y octubre también son meses en los que las cifras ascienden a 939 y 1.562 peregrinos, respectivamente. De hecho sólo enero, febrero y diciembre son meses de muy poco paso, en el que los peregrinos que llegan a Pamplona apenas superan los 140 al mes, de media. El mes de más afluencia de 2013 ha sido agosto con 3.420 peregrinos.
Ese casi 70% de peregrinos extranjeros que llegaron a la ciudad provenían de 77 países diferentes con presencia de los cinco continentes. En cifras absolutas, aparte de los peregrinos españoles, los mayores grupos de visitantes vinieron de Italia (2.047); EEUU (1.768); Francia (1.430); Alemania (1.163) y Korea (1.098). Las nacionalidades menos numerosas, de entre las presentes, han sido Egipto y Nicaragua con un peregrino por cada país y Argelia, Chipre, Guatemala y Líbano, con dos personas por país.
La composición de los peregrinos españoles en 2013 (un 30% del total de peregrinos), en relación a su procedencia arroja la cifra de que pasaron por el albergue de Jesús y María 1.794 catalanes, 873 valencianos, 739 madrileños, 601 vascos y 489 andaluces. La provincia “record” en procedencia ha sido Barcelona con 1.430 peregrinos.
El sistema de albergues
La red de albergues del Camino de Santiago es un sistema de alojamiento tradicional entre los peregrinos que se basa en la ‘hospitalidad cristiana del Camino’ y que tiene sus peculiaridades. Para empezar su precio es más que asequible: 5 euros por noche con derecho a cama, a usar las zonas comunes y a cocinar. En realidad esta cifra es orientativa porque los albergues no tienen tarifas al uso, sino que el donativo es voluntario.
Como requisito ineludible, el peregrino deberá llegar a los albergues de Pamplona con la credencial sellada. La credencial es un carné que expende el arzobispado y en el que se van reflejando cada uno de los lugares visitados en el Camino, para acreditar que efectivamente se realiza la ruta jacobea. Una vez sellada la credencial, el peregrino se puede convertir en alberguista durante una sólo noche (salvo que se justifiquen problemas médicos).
Hay un orden de precedencia a la hora de admitir peregrinos. Primero se acoge a los que han llegado andando, luego a los que vienen en caballerías y finalmente a los que hacen la ruta en bicicleta. Eso sí, en los albergues no se admiten animales, por lo que los caballos deben alojarse en cuadras normalmente situadas en los alrededores de Pamplona. En los albergues pueden alojarse familias y menores, siempre acompañados por un adulto.
