Forman parte de los casi 300 efectivos de Cruz Roja España que han colaborado en este simulacro denominado Gamma 2014 en la inexistente localidad de Luñol, en Valencia
Pamplona, 3 de abril
Durante unos días, desde el pasado lunes y hasta este jueves, una delegación de miembros de Cruz Roja Navarra formada por una decena de personas, y varios vehículos, ha atendido junto a compañeros de otras comunidades autónomas un simulacro de fuerte terremoto, en una operación denominada Gamma 2014, en la localidad ficticia de Luñol (realmente en el entorno de la verdadera localidad de Buñol, en Valencia).
El ejercicio estaba organizado por la Unidad Militar de Emergencias, y tenía como objetivo ensayar la respuesta colectiva ante una catástrofe de carácter nacional. La catástrofe, en este caso, ha sido un fuerte seísmo. El príncipe de Asturias, Don Felipe de Borbón, ha acudido este jueves al lugar del simulacro.
Así Cruz Roja España llevó a la zona numerosos medios humanos y técnicos, entre ellos los casi trescientos efectivos, entre ellos los navarros.
. El despliegue técnico, por su parte, se traduce en la instalación en la zona de dos albergues de interior, un campo de damnificados en el exterior, de tres puestos sanitarios, un puesto médico avanzado y un puesto de atención primaria, un ERIE de búsqueda en medio acuático en orillas de río, 15 ambulancias, así como un centro de recepción de medios, un centro logístico y un Puesto Avanzado de Mando (PMA).
El simulacro ha tenido lugar en una localidad ficticia llamada “Luñol”, ubicada a orillas del río del mismo nombre y 38 kilómetros al oeste de la ciudad de Valencia. Luñol cuenta con 108.000 habitantes y es el centro histórico y artístico de una comarca denominada “la hoya de Luñol”. La comarca abarca 585,2 kilómetros cuadrados e incluye los términos municipales de Alborache, Luñol, Cheste, Chiva, Godelleta, Macastre y Yátova.
En este simulacro, se parte de la ficción de que el 31 de marzo se produjo un movimiento sísmico de magnitud 6,3 cuyo epicentro se localiza en las proximidades de Luñol y con una profundidad de 9 kilómetros. La profundidad del epicentro es escasa por lo que la sacudida es más violenta y los daños mayores.
El terremoto (ficticio) causó daños estructurales en un número elevado de edificios, algunos de los cuales se colapsan, quedan seriamente dañadas las infraestructuras (desde carreteras a la red eléctrica o la red ferroviaria) y las primeras informaciones apuntan a que el seísmo ha dejado “cientos” de muertos y heridos, la mayoría de ellos españoles aunque también hay extranjeros entre las víctimas.
