En 1987 llegó a Osasuna donde jugó tres temporadas. Tras ganarse el corazón de los rojillos, conquistó el del resto de aficionados gracias a sus programas deportivos
Texto por Osasuna.es
Pamplona-Iruña, 28 de abril de 2020
Este martes ha fallecido Michael Robinson a los 61 años de edad, un hombre que llegó al Club Atlético Osasuna siendo campeón de Europa y que se ganó el cariño de la afición navarra en las tres temporadas que portó la elástica rojilla. La valentía que mostraba sobre el verde y su carácter ganador dejaron huella en El Sadar. Después, también se ganaría el corazón de todos los amantes del fútbol gracias a su labor en diferentes programas deportivos desde principios de los noventa.
Nació en Leicester un 12 de julio de 1958. Dio sus primeras patadas al balón en las categorías inferiores del Conventry City, aunque su debut como profesional llegaría en 1975 con el Preston North End. Tras un breve paso por el Manchester City y tres años en el Brighton & Hove Albion, donde marcó 37 goles, recaló en el club de sus amores, el Liverpool Football Club. Sólo jugó allí una temporada, debido a la dura competencia que tenía en la delantera con dos mitos como Ian Rush y Kenny Dalglish. Sin embargo, fue una campaña de ensueño, probablemente la mejor en la historia del club red. Conquistó la Liga inglesa, la Copa de la Liga y la Copa de Europa. Disputó la prórroga de la final continental, la cual ganaría en los penaltis ante la Roma en su propio estadio, el Olímpico de la capital italiana. Posteriormente, militó en el Queens Park Rangers antes de recalar en la entidad rojilla.
En enero de 1987 llegó a “Osasuna”, nombre que, tal y como reconoció en multitud de ocasiones, creía que era el de la ciudad de Pamplona. Sin embargo, tardaría muy poco en ganarse el corazón de su nueva familia navarra. Llegó a un equipo con grandes problemas para lograr la permanencia y sus siete goles y su ardiente espíritu contribuyeron de forma decisiva para alcanzar el objetivo, el cual llegaría tras eludir el descenso en una promoción ante el Cádiz y Racing de Santander.
La temporada siguiente, la 1987/88, fue una de las más brillantes en la centenaria historia de Osasuna. El equipo que entrenaba Pedro Mari Zabalza fue quinto, por delante del Barcelona, aunque no logró clasificarse para Europa. “Robin”, como era conocido en el vestuario, marcó seis goles. Dejó como uno de sus principales legados a la entidad rojilla su ambición, ese impulso por no conformarse y aspirar a cotas más altas con el que impregnó el vestuario.
La siguiente campaña, en la que anotó tres tantos, sería la última de su carrera. Sus problemas de rodilla le obligaron a finalizar una carrera en la que también defendió la camiseta de Irlanda, debido a los orígenes de su madre. No obstante, el final de su trayectoria como futbolista sólo fue el principio de otra al lado de los medios de comunicación. Se convirtió en uno de los personajes más relevantes de la comunicación deportiva en las últimas tres décadas. Para el recuerdo quedarán sus comentarios en los partidos de Canal Plus (posteriormente Movistar Plus). También la conducción de programas que han dejado huella como El Día Después o el exquisito Informe Robinson. Su figura también quedará siempre asociada al revolucionario PC Fútbol, que cambió la forma de entender los videojuegos en España.
Michael Robinson ha puesto punto y final hoy a su vida. Pero su legado vivirá en el corazón del osasunismo y de todos los aficionados al deporte.
Descanse en paz.







