Familias y alumnos del colegio Cardenal Ilundáin de Pamplona plantean revisar el protocolo al ser confinada dos veces un aula en un mes

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“Al final nos vamos a hacer amigos de los que hacen la PCR en Refena”, bromeaban en un grupo de WhatsApp del colegio

Un grupo de 25 alumnos y alumnas de quinto curso de primaria del colegio Cardenal Ilundáin de Pamplona han sido confinados por segunda vez en un mes. La primera, el 13 de septiembre, apenas habiendo estado en clase cinco días. La segunda, ayer mismo. 

Este viernes, a mediodía, los niños han tenido que acudir a Refena para hacerse la prueba PCR para confirmar o descartar el contagio. Sin embargo, y ante una situación tan insólita y peculiar, muchos de los padres y madres no están conformes con el protocolo actual de confinar a toda la clase. Consideran que es insostenible este sistema y quieren solicitar a Salud y Educación que reconsideren el planteamiento y lo asimilen al de Secundaria, más aún cuando los niños de primaria llevan mascarillas todo el tiempo y respetan las normas con más cuidado incluso que muchos adultos.

Estíbaliz madre de un alumno del colegio cardenal ilundáin ha asegurado en declaraciones a Pamplona Actual que son “ conscientes de que esta es una circunstancia poco usual” y pide a Educación que se “escuche a las familias para ver cómo mejorar los protocolos que estos no vayan en detrimento de la salud emocional del alumnado y de la conciliación de las familias”.

Estíbaliz ha recordado que en el caso de secundaria, no se confina a todo el aula, sino sólo a contactos estrechos en los que no se ha usado mascarilla y que es importante además contar con la voz de los niños afectados por estas situaciones de confinamiento “para que el niño no se sienta mal”.

Estíbaliz entiende que el protocolo establezca para los más pequeños, pero asegura que “igual se podría abrir un poco para los escolares de entre 8 y 11 años” como se hace ya en secundaria sin mayores complicaciones.

Esta madre recuerda que los escolares están muy concienciados y ha puesto en valor el buen trabajo de los centros educativos y el profesorado en “cumplir a rajatabla todos los protocolos”.

Sin embargo, como en el caso de estos niños y niñas, indica que deben contemplarse otros factores como la salud emocional de estos menores que se ven encerrados de nuevo en sus casas “aunque sean con PCR negativa mientras el resto de su familia puede salir a la calle”.

“No tiene coherencia que el adulto que está con un niño con PCR negativo puedan hacer vida normal y que el niño sea casi como castigado en casa”, afirma Estíbaliz, que insiste en la necesidad de replantear el protocolo para estos casos peculiares “sobre todo cuando están poniendo tanto esfuerzo por su parte, y además porque hay un buen funcionamiento en primaria, sobre todo una franja de edad en la que se consideran más autónomos”, como los niños y niñas de entre 8 y 11 años.

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