A pesar de algunas deficiencias y los lógicos problemas del comienzo, profesionales y pacientes aprueban el nuevo edificio que acoge el Hospital de Día del Complejo Hospitalario de Navarra
Pamplona, 22 de junio
Con la salud no se juega diría aquel y el nuevo pabellón que acoge el Hospital de Día del Complejo Hospitalario de Navarra pasa con buena nota entre profesionales y pacientes en sus primeros días de funcionamiento.
A pesar de los desajustes lógicos en la puesta en marcha de cualquier infraestructura nueva de estas características, se inauguró el pasado 9 de junio, va a permitir atender en unas nuevas consultas y salas el Servicio de Oncología Médica y el Hospital de Día, aumentando un 25% el número de pacientes que pueden ser atendidos cada día, pasando de 67 a 84.
Complejo Hospitalario de Navarra
Ello se nota nada más llegar. Un sistema de llamada a consulta por medio de las pantallas de televisión dispuestas en el amplio espacio para la espera, denota una modernización de los antiguos llamamientos a "grito pelado" de enfermeras o del sistema de megafonía que era todo menos un sistema de llamamiento eficaz.
La sala de espera, completamente exterior y muy cómoda para los pacientes, contrasta con las quejas de algunos profesionales ante la ausencia de luz natural en las consultas y departamentos interiores, haciendo del gasto en electricidad y de ausencia de la deseada luz natural un lastre que ponen en el debe unos profesionales que todavía se están haciendo al nuevo pabellón de 14.116 metros cuadrados.
Se incrementa la capacidad para terapias cortas (hasta dos horas de duración), pasando de los 14 sillones anteriores a 20, repartidos en 5 salas con 4 sillones cada una, si bien existe la posibilidad de utilizar 4 salas más, con lo que la capacidad aumentaría hasta 36 sillones si fuera necesario en un futuro.
Para tratamientos más largos (hasta 6 horas) o para pacientes cuya situación lo requiera, el número de camas pasa de 8 a 10, en horario de 8 horas a 21,30 horas. En relación a las habitaciones para tratamientos largos, y aquí lo cívico debiera predominar, ya han desaparecido mandos a distancia de las TV de estas habitaciones e incluso algún tapón en los lavabos de estas mismas dependencias. Cuestión que es denunciada y no entendida por las enfermeras.
A pesar de estos detalles, el espacio inmaculado aporta tranquilidad y funcionalidad en unos tratamientos que requieren, además de la medicación, mucha compresión, ánimo y cariño.
Un aprobado alto por parte de los profesionales y pacientes que, a pesar de los detalles que hemos comentado, aprecian la capacidad y mayor comodidad que ofrece el Pabellón C.
