El Planetario de Pamplona inaugura una exposición sobre los 25 años del Telescopio Hubble

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La muestra incorpora además 8 imágenes de entre las más representativas de los últimos 10 años. Y se completa con una gran imagen que se presenta mundialmente con motivo de este aniversario 

Pamplona, 17 de abril

El Planetario de Pamplona acogerá desde el próximo 23 de abril una exposición titulada "El telescopio espacial. Hubble.Espazio Teleskopioa" con las mejores imágenes obtenidas con este instrumento, que se presenta al público con motivo del 25º aniversario del lanzamiento del Telescopio Espacial y que recoge algunas de las más llamativas imágenes y descubrimientos realizados con este instrumento.

La exposición está desarrollada por el Planetario de Pamplona, y cuenta con la colaboración de la Obra social de la Caixa y la Fundación Caja Navarra. Las imágenes son del propio telescopio Hubble y NASA-ESA.

En 15 paneles diferentes, el Planetario de Pamplona explica algunos de los descubrimientos astronómicos del telescopio en todos los campos científicos, desde la investigación planetaria a la cosmología pasando por la evolución estelar y el Universo extragaláctico.

La muestra incorpora además 8 imágenes de entre las más representativas de los últimos 10 años. Y se completa con una gran imagen que se presenta mundialmente con motivo de este aniversario el mismo día 23 de abril de 2015.

La exposición está en el pasillo de acceso a la Sala Tornamira del Planetario de Pamplona hasta finales de junio de 2015.

Un poco de historia y otros datos del Telescopio Espacial

La primera idea de poner en el espacio un telescopio que evitara los problemas de la atmósfera terrestre (que limita la capacidad de observación astronómica, enturbia las señales astronómicas, además de los problemas causados por las nubes, los ciclos de día y noche y, también, la contaminación atmosférica y lumínica) la publicó en 1923 el pionero espacial Hermann Oberth. Pero quedó por el momento como un sueño de la ciencia ficción, aunque tras la II Guerra Mundial se pensó que cuando fuera posible subir al espacio ese telescopio sería una realidad.

La era espacial comenzó en 1957, y aunque desde el principio se planificaron y realizaron misiones de observación astronómicas, el desarrollo de los grandes telescopios en observatorios terrestres pospuso el sueño del telescopio espacial (un telescopio óptico que sería operado a distancia desde la Tierra) hasta que en 1977 el Congreso de los EEUU aprobó una partida presupuestaria para su estudio por parte la NASA, ligado al desarrollo del proyecto de las lanzaderas espaciales, que se usarían para subirlo al espacio.

En 1979 el proyecto se había definido y se comenzó a construir: constaría de un espejo principal de 2,4 metros de diámetro. Y sería un proyecto internacional, con las agencias espaciales estadounidense y europea como socios: NASA y ESA. El Instituto Científico del Gran Telescopio Espacial (LST, como se le llamó al principio) comenzó a funcionar en 1981 en Baltimore, en el campus de la Universidad John Hopkins. El centro europeo, en Garching al lado de Munich (Alemania) comenzó sus operaciones tres años después.

En 1983 se decidió llamar al LST en homenaje al astrónomo estadounidense Edwin P. Hubble (1889-1953), y que fue uno de los grandes observadores astrofísicos del siglo XX. Su estudio sistemático de galaxias, en las que observó varios tipos de estrellas que le permitieron calibrar sus distancias, se convirtió en una de las más poderosas herramientas de la nueva cosmología científica: en 1923 midió la distancia a la galaxia de Andrómeda y en 1929 publicó su estudio en el que mostraba que las galaxias se alejaban de nosotros conforme a su distancia. Esa ley de Hubble mostraba que el Universo se expande, y se constituyó en uno de los soportes del modelo cosmológico estándar, la conocida como teoría del Big Bang. El TELESCOPIO ESPACIAL HUBBLE honraba así la memoria de este gran científico. Y su acrónimo comenzó a ser usado: HST.

Aunque el HST estaba listo para subir al espacio en 1985, el desastre del Challenger el año anterior paralizó los viajes espaciales estadounidenses, y no se pudo poner en órbita el telescopio hasta un lustro después, el 24 de abril de 1990.

Todo fue correctamente y el telescopio se colocó en una órbita a unos 550 km por encima de la superficie terrestre, dando una vuelta al mundo aproximadamente cada hora y media. Durante los primeros meses se comprobó que todo funcionaba bien (era algo fundamental porque este telescopio, frente a los telescopios en la superficie terrestre) no podía ser manipulado salvo que se progamara una misión espacial tripulada).

Un telescopio con gafas

Las primeras imágenes del HST se tomaron en junio de 1990 y causaron una verdadera conmoción en todo el mundo científico: no tenían la calidad que debería haber tenido un instrumento tan moderno y un telescopio de casi dos metros y medio fuera de la perturbación de la atmósfera terrestre. Se comprobó que por un error de pulido del espejo principal, la curvatura del mismo era errónea, produciendo una distorsión de la imagen denominada aberración esférica, que supone una imagen más borrosa de lo que teóricamente debería ser. La mala casualidad hizo que de los dos espejos que se habían pulido para tener "por si acaso" un remplazo, se subiera al espacio el que estaba mal realizado, quedándose en tierra "el bueno".

La solución vendría en 1993, cuando se consiguió hacer la primera misión de mantenimiento del Telescopio Espacial, que introdujo un sistema corrector de la óptica (llamado COSTAR), en esencia unas gafas para volver a tener un gran telescopio sin miopía. Además de esta óptica se cambiaron algunas de las cámaras para colocar unas de más sensibilidad y resolución.

Hay que tener en cuenta que en aquellos años la tecnología de los detectores CCD estaba avanzando mucho y en los 5 años en que el telescopio había estado esperando su lanzamiento se había comenzado a diseñar nuevas cámaras. Estas permitieron que el nuevo Hubble fuera, entonces si, un ojo sorprendentemente agudo y perspicaz, y la gran era de la astronomía espacial pudo al fin desarrollarse.

Posteriormente se han realizado cuatro misiones de mantenimiento más, la última en 2009, cuando se instaló una nueva cámara sensible en el infrarrojo, para poder estudiar los objetos más alejados del Universo y otros detalles ocultos para la luz visible, y unos nuevos sistemas que aseguran que el telescopio podrá seguir funcionando durante unos cuantos años más sin ningún problema. Sin embargo, desde entonces, como el programa de las lanzaderas estadounidenses (o shuttles) finalizó, no se prevé que puedan hacerse nuevas misiones de reparación o servicio tripuladas.

Un cuarto de siglo de descubrimientos

Desde 1993 se comenzó a obtener información en numerosos programas con el telescopios espacial que han ido moldeando la historia de la astronomía y la astrofísica.

Hubble Image of Comet Shoemaker-Levy First Fragment Impact WithEn julio de 1994 el Hubble siguió el impacto de varios fragmentos del cometa Shoemaker-Levi 9 contra Júpiter, mostrando que también en la observación del Sistema Solar era un instrumento fundamental, aunque la mayor parte de los proyectos analizaban estrellas y nebulosas y galaxias mucho más lejanas.

En 1995 una imagen de la nebulosa del Águila (M16), a la que se denominó "los pilares de la creación" mostró la capacidad de este telescopio para entender las primeras fases de la formación de las estrellas y sus planetas. Ese mismo año comenzaron a realizarse las más de 2000 horas de observación del Campo Profundo del Hubble, que proporcionó datos fundamentales para el desarrollo de la cosmología observacional, pudiendo ver galaxias cuya luz llevaba viajando más de 3/4 partes de la vida del Universo.

En los años 97, 98 y 99 también se realizaron sucesivas misiones de mantenimiento, mejorando algunas cámaras e incluyendo espectrógrafos de alta resolución, así como un sistema de manejo orbital mejorado y que permitía un mejor apuntado y más precisa programación de las observaciones. En esa época, las peticiones de tiempo de observación del HST superaban ya en más de un orden de magnitud el tiempo disponible.

Como se puede ver en la exposición del Planetario de Pamplona, las observaciones y los campos de investigación del Hubble abarcan todos los temas de interés astronómico, y en todos ellos ha proporcionado avances importantes en el conocimiento. La historia del Hubble está aún escribiéndose y día a día sus imágenes permiten una más precisa comprensión del Universo.

El Hubble descubrió objetos del cinturón de Kuiper, más allá de la órbita de Neptuno, tan grandes como Plutón (también encontró dos nuevas lunas de Plutón) y sus hallazgos sobre planetas enanos del Sistema Solar fueron fundamentales en el debate sobre el estatus de los planetas en 2006.

Los análisis de nebulosas de formación estelar han permitido elaborar modelos más precisos sobre cómo se forman las estrellas en grupos más o menos abundantes, y cómo en esos procesos se forman discos o anillos protoplanetarios que podrán dar lugar a la aparición de sistemas planetarios en torno suyo. Algunas imágenes de discos e incluso de planetas en torno a otras estrellas, y hasta la medición de algunas características de la atmósfera de un exoplaneta son algunos de los resultados novedosos obtenidos con el Hubble.

También el estudio de las últimas fases en la vida de las estrellas ha permitido tener con más detalle modelos de evolución estelar, análisis de nebulosas planetarias y de restos de supernova. En el mundo extragaláctico, el Hubble ha sido también fundamental para poder obtener información sobre los procesos de interacción y canibalismo galáctico, y sobre las mediciones de la gran estructura del Universo.

Hay que hacer mención, además, que con el tiempo se han incrementado las observaciones coordinadas usando este telescopio y otros observatorios espaciales en diferentes rangos de longitudes de onda, y también añadiendo campañas desde observatorios terrestres, de manera que la flotilla combinada a escala mundial permite acometer proyectos mucho más ambiciosos. Por ejemplo, las observaciones conjuntas con el telescopio espacial de rayos X de la NASA Chandra han permitido realizar mapas de la materia oscura en otras galaxias, un material desconocido que supera 5 veces la cantidad de materia visible, es decir, la formada por estrellas y nubes de gas y polvo.

Sus campos profundos han servido, y sirven, para entender la evolución de las galaxias y de todo el Universo. Observaciones coordinadas con otros telescopios de supernovas en galaxias alejadas permitieron en el 2000 confirmar que la expansión del Universo se está acelerando debido a la presencia de una repulsión llamada energía oscura.

La última misión de mantenimiento, que ya habíamos mencionado, se realizó el 11 de mayo de 2009 y con los nuevos instrumentos el Hubble ha conseguido ser 100 veces más potente que cuando se lanzó en 1990. En 2011 se celebró la observación 1 millón, y se publicó el cienmilésimo artículo científico con observaciones del Telescopio Espacial.

Sistema Solar, colisiones de asteroides, tormentas y auroras en Saturno, ... por hablar del Sistema Solar. Las explosiones de rayos gamma, los esqueletos restantes de la vida de las estrellas, agujeros negros supermasivos, nubes que giran rápidamente alrededor del centro de nuestra Vía Láctea, nos han permitido entender la vida de las estrellas mejor. Los objetos más lejanos, la vida de las galaxias, los cuásares y sus agujeros negros en su centro, la materia y la energía oscuras, el modelo cosmológico estándar y de hecho la edad y el tamaño del Universo son también temas que podemos ahora conocer mejor (sin alcanzar de comprender del todo aún) gracias a las observaciones del HST, y de los estudios basados en ellas.

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