Cuidar de nuestra salud es uno de los aspectos más importantes por los que debemos interesarnos. De ella, al fin y al cabo, dependerá en buena medida la mejor o peor calidad de vida que podamos tener. Por supuesto, también nuestros hábitos alimenticios, la actividad física o una rutina sana serán claves en este aspecto, pero en momentos de complicaciones, siempre es imprescindible contar con una buena asistencia sanitaria que nos haga sentirnos en las mejores manos.
Actualmente, los problemas que adolece el sistema sanitario de la Seguridad Social en España implican que no siempre se satisfagan las necesidades de los pacientes, ni en tiempo ni en forma. Como consecuencia, cada día son más los usuarios que se plantean contratar Seguros de salud privados para tener asistencia garantizada en aquellos momentos en los que tengan necesidades apremiantes. Y es que, a veces, las colas en las salas de urgencia o las listas de espera pueden convertirse en un lujo que algunos enfermos no pueden permitirse. Un seguro médico privado es la mejor alternativa en estos casos.
A continuación, trataremos sobre los requisitos que pueden exigirnos para contratar un seguro de salud y qué debemos revisar en ellos para conseguir el más ajustado a nuestras necesidades.
Requisitos generales
Contratar un seguro de salud no sólo es cuestión de contactar con una compañía y pagar una cuota, sin más. Previamente, la compañía debe hacer una serie de comprobaciones que determinarán si finalmente podemos acceder al seguro y a las ofertas que hayamos podido ver.
Mayoría de edad
Esta es la primera condición que debemos cumplir si queremos ser tomadores de un seguro. En el caso de que seamos menores de edad, tendrán que ser nuestros padres o tutores los tomadores del seguro, incluso si no son los asegurados o ellos no tienen. Actúan como nuestros representantes. Igualmente, si somos tomadores de un seguro personal, tenemos la opción de incluir a otros miembros de la unidad familiar que sean menores.
Residencia en España
No hablamos de nacionalidad, pero sí de residencia oficial en España. Sin este requisito, no podremos acceder al seguro de salud.
Edad máxima
Superar los 64 o 65 años suele ser un inconveniente a la hora de contratar algún seguro de salud, al menos por un precio competente. Algunas compañías amplían este rango hasta los 69. En cualquier caso, difícilmente un usuario de esta edad podrá adquirir un seguro de salud rentable, ya que lo más probable es que le denieguen la solicitud o su cuota sea más elevada de lo que puede asumir.
¿Y si estoy embarazada?
No hay problema. Las embarazadas podrán sacar su seguro de salud sin ningún inconveniente. Aun así, si la pretensión es usarlo para los meses de gestación y el parto, lo ideal es mirarlo con la mayor antelación posible, ya que no todas las pólizas incluyen este servicio y el periodo de carencia puede impedir que en el momento del parto el seguro esté ya activo.
Tengo enfermedades previas
Este es otro de los temas complejos de los seguros de salud. En el cuestionario previo a la contratación tendremos que poner nuestras patologías crónicas o sufridas antes del seguro. Mentir tampoco es buena idea, ya que la compañía puede rescindir nuestra póliza si verifica que la información es falsa. Lo más común en estos casos es que las compañías añadan una cláusula especial, un suplemento económico en la mensualidad o, directamente, excluyan el tratamiento de esa enfermedad de los servicios de la póliza.
Lo que debemos revisar antes de contratar el seguro
No todas las compañías cuentan con las mismas condiciones sanitarias y económicas, por lo que conviene hacer una primera búsqueda a través de algún comparador. En https://seguros-salud.arpem.com/ encontraremos una herramienta válida para tal efecto. No obstante, también conviene mirar con atención las características de cada póliza para escoger la que más se ajusta a nuestras necesidades.
Tipo de seguro
No todos los seguros funcionan igual. Debemos ver si son con copago o sin él. Los primeros tienen una mensualidad más económica, pero hay que pagar ciertos servicios. En los segundos la tasa es más alta, pero está todo incluido. También están los de reembolso, donde pagaremos por todos los servicios y luego recibiremos un porcentaje de devolución.
Coberturas incluidas
No todas las pólizas incluyen los mismos servicios. La medicina de familia, la pediatría, la ginecología y obstetricia y estas consultas más generales suelen ser comunes a todos los seguros, pero otros incluyen también embarazo, dentista, hospitalización, etc. Debemos elegir el que cubra aquellas necesidades personales.
Periodo de carencia
La carencia es el tiempo de espera que un nuevo paciente debe guardar para usar los servicios del seguro. De este modo las compañías evitan a los usuarios que van y vienen para pruebas específicas. Si vamos a contratar un seguro para usarlo con rapidez, es crucial que escojamos el que menos carencia tenga.







