UNED Pamplona y Fundación Caja Navarra impulsan una cátedra universitaria para trabajar sobre Inteligencia Emocional. La alianza entre ambas entidades incluye una propuesta de investigación y otra de divulgación a través de cursos de extensión universitaria, cursos de verano y conferencias.
En la firma del convenio entre ambas instituciones han estado el presidente de Fundación Caja Navarra, José Ángel Andrés, el rector de la UNED, Ricardo Mairal, y la directora del centro asociado en Pamplona, Teresa Imízcoz. La respuesta a los nuevos retos que se plantean en la sociedad es la motivación de ambas entidades para impulsar esta cátedra.
En su intervención, José Ángel Andrés resaltaba “la implicación de Fundación Caja Navarra en esta cátedra siguiendo dos objetivos incluidos en el Plan Estratégico de la institución. Por un lado, el atender a los nuevos retos que plantea la sociedad, y por el otro, generar conocimiento sobre diversas materias de interés, como es el caso de la Inteligencia Emocional”.
Andrés compartió datos sobre la influencia del flujo de información entre el cerebro emocional y el racional, destacando la relevancia de la inteligencia emocional en la toma de decisiones. Subrayó que el 80% del éxito depende de competencias blandas, mientras que solo el 20% está relacionado con el cociente intelectual.
En la segunda parte de su intervención, de Andrés detalló la parte divulgativa de la cátedra, que incluirá cursos de extensión universitaria, cursos de verano y conferencias sobre regulación emocional, motivación, empatía, habilidades sociales y más. Concluyó resaltando la importancia de la investigación en inteligencia emocional y su valor para generar relaciones interpersonales de calidad. Terminó con una cita de Pascal para cerrar su discurso, afirmando que "el corazón tiene razones que la razón no comprende".
Por su parte, Ricardo Mairal, ha subrayado “la importancia del trabajo colaborativo, las alianzas y la innovación para acometer proyectos como éste, que va a tener un impacto muy positivo en nuestra sociedad”. Así mismo, Teresa Imízcoz ha destacado “el enfoque científico y basado en el conocimiento que tiene esta iniciativa, frente a una cuestión como la Inteligencia Emocional que, en algunas casos, no tiene esa base científica”.
Los objetivos de esta Cátedra son los siguientes:
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Ofrecer oportunidades de formación para mejorar las competencias socioemocionales de profesionales de la docencia, de la orientación educativa y de la salud en Navarra.
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Sensibilizar a la ciudadanía navarra sobre la conveniencia de mejorar su propia inteligencia emocional.
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Promover la educación emocional a lo largo de la vida (de niños, jóvenes y adultos).
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Favorecer la difusión de los resultados de investigación y la transferencia del conocimiento científico a la sociedad navarra.
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Estimular la investigación, básica y aplicada, sobre inteligencia emocional.
Tras más de 33 años de investigación sobre Inteligencia Emocional a nivel mundial, las evidencias científicas disponibles muestran los beneficios potenciales para múltiples áreas relevantes de actividad humana individual y grupal a lo largo del ciclo vital; por ejemplo, a nivel educativo y laboral y las posibilidades reales de mejora como consecuencia de apropiadas intervenciones educativas diseñadas y aplicadas con rigor.
La presencia de Fundación Caja Navarra en la creación de esta cátedra está vinculada al objetivo de creación de conocimiento y la atención a nuevos retos sociales, dos cuestiones unidas al Plan Estratégico de la entidad. El interés en el caso del Centro Asociado de la UNED en Pamplona parte del importante impacto que en muchas áreas de la población navarra pueda tener la formación, investigación y transferencia del conocimiento relacionada con la Inteligencia Emocional.
Las líneas de trabajo de esta cátedra van a ser: estrategias de regulación emocional e IE en infancia y adolescencia; en la familia; y en el trabajo. En esa línea, se abordarán temas como la gestión de las emociones; la salud mental de la juventud y prevención del suicidio; educación emocional en la escuela; entrenamiento en habilidades blandas para la mejora en el rendimiento académico; educación emocional en las familias; generación de relaciones interpersonales saludable; envejecimiento saludable y gestión de la soledad no deseada; o la capacidad de trabajo en equipo, capacidad comunicativa y liderazgo.
