Pamplona Actual

Entregado el Premio Internacional Jaime Brunet a la Fundación Fontilles por su lucha contra la lepra

Se ha hecho entrega del Premio Jaime Brunet Tesis Doctorales a María Dolores Núñez Ávila

Personas premiadas, integrantes de la Fundación Brunet y autoridades

Unai Hualde, Alberto Navarro, Ramón Gonzalo y Joaquín Mencos

La Universidad Pública de Navarra (UPNA) ha hecho entrega hoy, viernes 14 de junio, del Premio Internacional Jaime Brunet a la Promoción de los Derechos Humanos a la Fundación Fontilles, en un acto institucional que ha tenido lugar en la sede de la UPNA en Salesas. El evento ha sido presidido por el rector de la UPNA y presidente de la Fundación Jaime Brunet, Ramón Gonzalo, y en la mesa presidencial han acompañado al máximo representante de la universidad el presidente del Parlamento de Navarra, Unai Hualde, y el vicepresidente de la citada fundación, Joaquín Mencos Doussinage. 

En el mismo acto institucional se ha hecho entrega del Premio Jaime Brunet Tesis Doctorales a María Dolores Núñez Ávila por su trabajo “Pueblos indígenas, derechos humanos y actividades extractivas en Ecuador” y del Premio Universitario Jaime Brunet, que han recibido “ex aequo” Anne Garmendia Zubikoa (graduada en Educación Infantil en euskera), Oier Santamaría Remón (graduado en Historia y Patrimonio) y Álvaro Gurbindo Martinicorena (Grado en Derecho y Máster en Acceso a la Abogacía).

Al acto institucional, que ha dado comienzo a las 18 horas, han acudido personalidades del mundo político y social de la Comunidad Foral, así como miembros de la comunidad universitaria y de la Fundación Jaime Brunet. La parte musical ha sido interpretada por el cuarteto Zura Quartet.

Desarrollo del acto institucional

En primer lugar, se ha procedido a la entrega de diplomas a la ganadora y los dos ganadores de los premios universitarios para, posteriormente, hacer lo propio con el premio a la mejor tesis doctoral. La galardonada con este último premio, María Dolores Núñez Ávila, ha pronunciado el discurso de agradecimiento en nombre de las personas premiadas en estas dos categorías. 

Posteriormente, Alejandro Torres Gutiérrez, secretario del jurado de los premios de la Fundación Jaime Brunet, ha dado lectura al fallo por el que se concedió el Premio Internacional Jaime Brunet a la Fundación Fontilles. El premio está dotado con 36.000 euros, así como un diploma y una escultura conmemorativa de Carlos Ciriza. El fallo se dio a conocer el pasado mes de diciembre de 2023.

Tras la recogida del premio, Alberto Navarro Casanova, miembro del Patronato de la Fundación Fontilles, ha pronunciado el discurso de agradecimiento. A continuación, ha intervenido el rector de la UPNA, Ramón Gonzalo. 

Lucha contra la lepra y la exclusión social

La Fundación Fontilles, fundada en 1902 por el jesuita Carlos Ferrís y el abogado Joaquín Ballester, nació como respuesta a un importante problema de salud pública en los inicios del siglo XX en España: la lepra. El desconocimiento y el miedo a esta enfermedad infecciosa hacía que las personas afectadas vivieran en total aislamiento y abandono.

En los años 60, la aparición de ciertos medicamentos permitió que se pudiese tratar a las personas enfermas en régimen ambulatorio. En esa misma década, la Fundación comienza su colaboración con otras asociaciones internacionales y en 1986 inicia su propio proyecto en India. Actualmente, la asociación cuenta con proyectos de cooperación sanitaria, luchando contra la lepra y otras enfermedades desatendidas, en Asia, África y América Latina. 

El jurado resaltó en su día la “meritoria y dilatada trayectoria de trabajo por el derecho a la salud” de la Fundación Fontilles, así como su lucha “contra la exclusión social que sufren las personas enfermas y con discapacidad”, con especial atención a quienes padecen de lepra y otras enfermedades ligadas a la pobreza. Destacó, especialmente, la atención de la Fundación a las personas que viven en zonas rurales pobres, aisladas o alejadas de los servicios básicos, sobre todo, “menores, mujeres y familias indígenas”, prestando especial atención a las desigualdades por razón de sexo. Como señaló el jurado en su fallo, la Fundación, en definitiva, lucha por la defensa del derecho a la salud, “un requisito indispensable para el desarrollo, la libertad y la participación social y política, trabajando en el fortalecimiento de los servicios sanitarios, la mejora de las condiciones de vida de las poblaciones más pobres y la promoción de su empoderamiento, con la finalidad de reducir la pobreza y la desigualdad mundial”.

La lepra sigue siendo un problema de salud pública en 23 países y en algunas regiones del mundo extremadamente pobres. Existen más de 6 millones de personas con discapacidad a causa de la lepra, y miles de ellas viven excluidas por leyes aún vigentes y otras razones culturales o sociales, que vulneran y limitan sus derechos fundamentales (se calcula que 38 países de todo el mundo cuentan con 179 leyes que discriminan a las personas afectadas). Se trata de consecuencias que perduran incluso después de que las personas afectadas hayan sido tratadas y curadas. 

 

La Fundación Jaime Brunet

La Fundación Jaime Brunet es una fundación cultural privada, cuyos fines son el fomento del respeto a la dignidad humana, a las libertades fundamentales y a los derechos humanos, así como la erradicación de situaciones y tratos inhumanos o degradantes.

Jaime Brunet Romero (Bayona, Francia, 1926-San Sebastián, Guipúzcoa, 1992) nació en una familia de emprendedores catalanes que se había asentado en el siglo XVIII en Guipúzcoa (donde desarrollaron una importante actividad industrial). Educado con un talante liberal y crítico con la época que le tocó vivir, fue encaminado a la carrera de Derecho por su padre, Jaime Brunet Goitia, jefe local del Partido Republicano y que llegó a ser teniente de alcalde del Ayuntamiento de San Sebastián, donde ya habían ocupado la alcaldía su abuelo y bisabuelo. Cursó sus estudios en la Universidad de Valladolid, en la que ejerció como profesor ayudante.

Su afición destacada por la lectura se acompañó por el interés de aprender idiomas, con los que pudo desenvolverse con facilidad en sus numerosos viajes, que le llevaron, a pesar de las dificultades de su tiempo, a recorrer más de treinta países. En estos viajes, según confesaba, captó y comprendió cuánta discriminación y violencia, cuánto abuso de los poderosos sobre los débiles existen aún en nuestro siglo, y con qué facilidad se conculcan diariamente los derechos más elementales de la persona humana.

En los últimos años de su vida, su sensibilidad por la situación de los derechos humanos y la defensa de la libertad del ciudadano se convirtieron en su constante preocupación. Al no tener descendencia directa, y movido por sus sentimientos que le rebelaban contra las actuaciones injustas, decidió legar su fortuna para crear, a su fallecimiento, la fundación que, con su nombre, se dedicara a divulgar los derechos humanos y a premiar a quienes, por su trabajo en defensa de ellos, se hicieran merecedores de este reconocimiento. De este modo, se creó la Fundación Jaime Brunet Romero, con residencia en la Universidad Pública de Navarra, según su voluntad testamentaria.

 

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