L'Oréal Brandstorm es un concurso de innovación centrado en redefinir el futuro de la belleza. Las graduadas en Diseño con la Mención en Servicios de la Universidad de Navarra Daniella Hanabergh (Colombia), Jeannice Dutari (Panamá) y Danika Melville (Guatemala) no se lo pensaron dos veces a la hora de participar. Su proyecto L'Oréal 4 All ha sido seleccionado como uno de los cuatro mejores entre los 700 participantes de España y Portugal, dentro de un concurso que ha tenido más de 135.000 inscritos de todo el mundo.
“Todo empezó a raíz de ganar el reto de moda del Hackaton organizado por Innovation Factory, el centro de emprendimiento de la Universidad de Navarra. Precisamente, una de las empresas participantes fue L'Oréal y lanzó un reto sobre el futuro de la belleza profesional en la era de la tecnología”, explica Daniella Hanabergh. “Después, decidimos participar en el certamen de la propia empresa, L'Oréal Brandstorm, y fuimos superando etapas hasta que nuestro proyecto, L'Oréal 4 All, fue seleccionado como uno de los 10 mejores proyectos de España. La siguiente fase fue defender nuestra propuesta frente a un jurado de la empresa en Oporto como finalistas de España y Portugal”, continúa Danika Melville. Para esta última etapa final en Portugal, pudieron contar con un mentor. “Elegimos contar con la guía de nuestro maestro Aitor Acilu Fernández, profesor de la Escuela de Arquitectura de la Universidad, quien viajó con nosotras a Oporto y nos apoyó en todo momento. Estamos muy agradecidas”, añade Jeannice Dutari.
Con L'Oréal 4 All se centraron en añadir a My Hair iD, una plataforma de L'Oréal que personaliza la experiencia de los clientes en los salones de belleza mediante el uso de tecnología avanzada, una nueva característica: HeadTalk, que facilita la comunicación directa entre personas con discapacidades auditivas y estilistas. “HeadTalk utiliza inteligencia artificial para traducir conversaciones en tiempo real, tanto en lenguaje hablado como en lenguaje de señas, a través de un espejo interactivo, asegurando que la tecnología potencie la conexión humana. Además, para garantizar la accesibilidad en todos los contextos, como en países subdesarrollados, propusimos utilizar cualquier dispositivo con cámara como un espejo interactivo, lo que hacía nuestra propuesta aún más sostenible”, explican las diseñadoras.
Al no resultar ganadoras de la final de España y Portugal, no han pasado a la final internacional. Las tres recién graduadas participaron en el concurso a la vez que desarrollaban su trabajo de fin de grado. “La experiencia ha sido profundamente enriquecedora. Durante meses, aprendimos sobre el trabajo en equipo y a superar numerosos desafíos, hemos conocido a personas inspiradoras, mejoramos nuestras habilidades de presentación y tuvimos el privilegio de colaborar con una empresa global de renombre”, asegura Daniella Hanabergh. “Creo que nuestro positivismo fue un factor importante. Siempre estuvimos seguras de que pasaríamos de fase y esa confianza nos llevó bastante lejos”, añade Jeannice Dutari.
“El reconocimiento de una empresa de esta magnitud validó nuestras habilidades, nos dio una gran confianza en nosotras mismas y nos motiva a seguir desarrollando proyectos innovadores y soluciones inclusivas que mejoren el bienestar de las personas. Este concurso ha reafirmado nuestra pasión por el diseño de servicios y nos impulsa a seguir explorando formas creativas de mejorar la experiencia del usuario y contribuir positivamente al mundo”, concluye Danika Melville.