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“El tiempo que pasan los jóvenes usando el móvil se relaciona con su salud mental”

El estudio ha sido publicado en Journal of Social and Personal Relationships, bajo el título Social media and mental health

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  • Una investigación del ICS ha analizado la relación entre el empleo del móvil y la salud mental en jóvenes de 18 a 24 años

¿Cómo utilizan los jóvenes cada día su teléfono móvil? ¿Y las redes sociales? ¿Las emplean para comunicarse con otros? ¿Para olvidarse de sus problemas? ¿Qué efecto tiene este hábito en su salud mental? ¿Y en sus relaciones personales? Un estudio del grupo ‘Jóvenes en transición’ del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad ha analizado cómo se interrelacionan el uso de teléfono móvil con el bienestar o malestar psicológico de jóvenes españoles de entre 18 y 24 años, a través de distintas variables.

La investigación ha utilizado una muestra longitudinal representativa a nivel nacional, en la que 1.684 personas han participado en al menos una de las tres olas en las que se ha desarrollado de 2020 a 2022. En total se han contabilizado 3.600 observaciones persona-año.El proyecto continuará hasta analizar los datos de la cuarta ola, recogida en 2023.

Los resultados de los tres primeros periodos revelan que “el tiempo que pasamos utilizando el móvil y el malestar psicológico guardan relación, pero los efectos son pequeños”, explica la investigadora Cecilia Serrano. Por eso resulta clave analizar las motivaciones de uso, en especial cuando se emplea para escapar de pensamientos incómodos, así como el factor relacional: “Si queremos mejorar el bienestar emocional de los jóvenes, debemos enfocarnos en que se fortalezcan sus relaciones con familiares y amigos. Eso aporta mucho más que solo disminuir el tiempo de uso del móvil”.

El estudio ha sido publicado en Journal of Social and Personal Relationships, bajo el título Social media and mental health: The role of interpersonal relationships and social media use motivations, in a nationally representative, longitudinal sample of Spanish emerging adults. A través de él, los investigadores buscaban “comprender mejor la relación entre el uso del móvil y la salud mental. Históricamente nos hemos fijado en cuánto tiempo pasan ahí los jóvenes. Pero la relación es mucho más compleja y hay que tomar en cuenta para qué se usa. Hay una bidireccionalidad de los efectos (el malestar aumenta el uso y el uso, el malestar)”.

Así, en cada una de las olas los encuestados fueron preguntados no solo por el tiempo que dedicaban cada día a utilizar sus redes sociales (Instagram, Facebook, Twitter, TikTok), sino también con qué objetivo: si lo hacen para comunicarse con otras personas, para conocer qué están haciendo o como vía de evasión de sus preocupaciones. Además, se aplicó una medida estandarizada para advertir síntomas (no un diagnóstico clínico) de depresión y ansiedad. Los jóvenes también puntuaron el nivel de satisfacción que sienten respecto a sus relaciones familiares y de amistad; e indicar su estado ocupacional, es decir, si eran estudiantes a tiempo completo, si combinaban trabajo y estudios (diferenciando entre los que habían cursado estudios superiores y los que no) o si no estudiaban ni trabajaban.

La investigadora explica que continúan estudiando este campo para “avanzar en esta línea longitudinal y ver de qué manera se puede medir mejor la complejidad del uso del móvil, teniendo en cuenta el tiempo de uso, las motivaciones y otro tipo de relaciones. Estamos trabajando en esos análisis más completos e integrales”. Sus resultados pueden “ayudar a tomar mejores medidas, tanto educativas como de uso personal, y contar con más herramientas. Solo si tienes la fotografía completa, puedes hacerlo”.

 

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