La Fundación Occidens ha iniciado el desarrollo del proyecto de recuperación de dos de los seis gigantes que antiguamente tuvo la Catedral de Pamplona, en el marco de “Expedición 4.0 al Medievo”, un innovador programa turístico y cultural colaborativo entre ocho diócesis de distintas comunidades autónomas, destinado a revitalizar el patrimonio religioso medieval y renacentista.
Este programa ha sido seleccionado en la convocatoria “Experiencias Turismo España” 2023, del Ministerio de Industria y Turismo, y cuenta con financiación de los fondos Next Generation. Como ha explicado la delegada del Gobierno en Navarra, Alicia Echeverría Jaime. Además, ha sido galardonado con el premio Iglesia Sostenible, que reconoce su valor en la protección y promoción del patrimonio cultural religioso.
“Expedición 4.0 al Medievo”
El presidente de la Fundación Occidens, Carlos Ayerra Sola, ha explicado que este programa, en el que participan las archidiócesis de Toledo, Granada, Burgos y Pamplona-Tudela, y las diócesis de Bilbao, Plasencia, Jaca y Barbastro-Monzón, tiene como objetivo ofrecer una experiencia turística renovada en torno al patrimonio religioso mediante su recuperación y divulgación. En un contexto donde el turismo religioso representa aproximadamente el 3% del PIB español, “Expedición 4.0 al Medievo” busca dar respuesta a algunas de las carencias actuales del sector combinando tecnologías avanzadas, sostenibilidad, accesibilidad e inclusión social, con el fin de atraer tanto a visitantes nacionales como internacionales.
A través de diversas iniciativas, las diócesis participantes pretenden revitalizar el interés general por este tipo de patrimonio adaptando sus experiencias turísticas a los lenguajes contemporáneos. En el caso de Pamplona, el proyecto se desarrolla en torno a diferentes elementos del folclore de las festividades religiosas de esa época.
El proyecto de la Catedral de Pamplona
La Fundación Occidens busca convertir su experiencia turística en un referente cultural festivo, recreando los bailes de los antiguos gigantes de la Catedral de Pamplona durante la transición de la Edad Media al Renacimiento. Con este fin, se está llevando a cabo la construcción de dos gigantes y la creación de coreografías y músicas coetáneas basadas en un exhaustivo estudio histórico, aunando la puesta en valor de este patrimonio material perdido y la del patrimonio inmaterial asociado a él.
Se trata de un proyecto multidisciplinar, multicultural e intergeneracional, tratado desde el rigor científico, la trasversalidad de género y la cohesión social, que adapta las nuevas formas de generar flujos turísticos a la realidad contemporánea. Una experiencia que tiene la capacidad de acercarse a las personas desde el ámbito de conocimiento más amplio, de forma que se garantice una experiencia inmersiva para todos los públicos.
Para este fin, se trabaja en la recuperación y puesta en valor de estas tradiciones para disfrute de futuras generaciones, estructurándose su realización en tres fases: investigación, creación y divulgación. El proyecto cuenta con la colaboración de diferentes agentes especializados y con la participación de instituciones públicas y privadas en las fases de investigación y creación, lo que garantiza una perspectiva integral y rigurosa del mismo.
Contexto histórico
La participación de gigantes en festividades religiosas se remonta a la Edad Media. Antiguamente, los gigantes representaban alegorías de razas, culturas o pueblos, nunca personajes concretos, y estuvieron vinculadas a procesiones y otros actos litúrgicos.
Así era en el caso de los gigantes de la Catedral de Pamplona, cuya existencia está documentada desde comienzos de 1600. Este cortejo festivo estaba formado por seis gigantes -dos representaban a Occidente, y las otras parejas eran denominadas en los textos como “turcos” y “moros”-, además de cabezudos, caballicos y otras figuras en diferente número y composición según la época. Su participación en estos actos, como la procesión del Corpus, fue prohibida en España en 1780. A partir de ahí, comenzó un declive generalizado que llevó a la desaparición casi total de los gigantes de propiedad eclesiástica en todo su territorio. En el caso de la Catedral de Pamplona, sus gigantes no se perdieron. Permanecieron almacenados durante más de 30 años, hasta que, en 1813, volvieron a salir a la calle tras la liberación de la ciudad de la ocupación napoleónica.
A partir de ese momento los gigantes catedralicios fueron cedidos al ayuntamiento -el cual había tenido también gigantes en propiedad, al menos desde el siglo XVII, pero ya no conservaba ninguno- para que desfilasen en sus actos y festividades, como el día de San Fermín. En 1860, Tadeo Amorena realizó los actuales gigantes del Ayuntamiento de Pamplona en sustitución de las figuras de la catedral, ya muy deterioradas, las cuales habían sido finalmente regaladas por el cabildo al ayuntamiento años atrás. A partir de esa fecha, desaparece toda constancia de los gigantes de la catedral.
Antecedentes del proyecto
Este proyecto de recuperación patrimonial nació en 2008 bajo la iniciativa de Jesús Pomares, presidente de la Asociación de Amigos de la Catedral de Pamplona, en colaboración con el constructor de gigantes Aitor Calleja. Juntos idearon la reconstrucción de los gigantes y el caballico de la catedral, desaparecidos siglo y medio atrás.
A lo largo de los años, el proyecto ha pasado por diversas fases, incluyendo la creación del caballico de la catedral en 2010 por Calleja y el rediseño de los gigantes y del propio proyecto en 2012 por parte del creativo artístico Jorge Urdánoz. En 2013 recibió el aval del servicio de Patrimonio Histórico de Príncipe de Viana. Con la participación de la Fundación Occidens en 2022 y la obtención de financiación en 2024 por parte del Ministerio de Industria y Turismo, la iniciativa adquiere el impulso definitivo que posibilita su materialización.
Acciones previstas
El proyecto se desarrolla en torno a diversas acciones. En primer lugar, se está llevando a cabo un estudio científico detallado sobre los gigantes, la música y las danzas de la época para comprender sus características y significados. En base a él, se está procediendo al diseño y creación de dos gigantes -los que representan a Occidente- a tamaño natural. Las cuatro figuras restantes está previsto que sean construidas en el futuro.
Además, se van a crear diversas coreografías y composiciones musicales inspiradas en obras coetáneas de los siglos XV y XVI, tanto de pasacalles como de bailes, basadas en la documentación histórica que se conserva, pero adaptadas a las características volumétricas de los gigantes. Estas creaciones utilizarán instrumentos y sonoridades de tradición medieval y renacentista.
Para complementar esta propuesta y garantizar su accesibilidad al público, los gigantes se exhibirán de manera permanente en el museo de la catedral, donde además se instalará una proyección audiovisual a tamaño natural para que las personas visitantes disfruten de las coreografías y la música durante todo el año. También se mostrará contenido videográfico que documente el proceso creativo y artesanal de elaboración de las figuras, las coreografías y las composiciones musicales, ofreciendo una visión completa del trabajo realizado. Estos contenidos museísticos estarán adaptados para garantizar a las personas con diversidad funcional cognitiva el acceso a los mismos.
Finalmente, se facilitarán recursos digitales que creen experiencias de realidad aumentada en la vía pública, extendiendo la experiencia más allá del ámbito catedralicio. Se generará material divulgativo para su difusión pública, y se realizará una labor de divulgación escrita sobre los resultados y logros del proyecto en diferentes formatos, asegurando su conocimiento y disfrute por parte de un público más diverso.
Los nuevos gigantes
El autor de los nuevos gigantes, Jorge Urdánoz Apezteguía, ha explicado que para la elaboración de las figuras ha tomado como referencia textos de archivo que describen a las figuras, así como obras de arte del siglo XVI que muestran ropajes, armaduras y joyas. Actualmente está diseñando las figuras, incluyendo cuerpos, rostros, vestimentas y ornamentos. Estos elementos están siendo creados y modelados digitalmente por el artista, y serán materializados por artesanos especializados en cada disciplina.
Las nuevas figuras no son una réplica de las desaparecidas, ya que no se conserva imagen alguna, sino que son una reinterpretación contemporánea inspirada en este legado patrimonial, evitando la realización de un falso histórico. De forma intencionada -aspecto que quedará claramente reflejado en la documentación posterior-, sus vestimentas combinan elementos de distintas regiones de Occidente en el siglo XVI, incorporando a su vez piezas de nueva creación concebidas a partir de elementos coetáneos, cargados de simbolismo y de referencias a esta multiculturalidad, manteniendo en todo momento las características fisionómicas y estilísticas propias del renacimiento.
Las figuras incorporan todos los elementos estructurales de los antiguos gigantes, descritos en los documentos coetáneos, como los diferentes tipos de ropajes, la armadura, el toisón, los collares, las coronas, las capas y las guarniciones. Medirán en torno a cuatro metros de altura, respetando las descripciones de la época. La proporción corporal de las figuras se ha diseñado tomando como referencia los gigantes del ayuntamiento, puesto que estos fueron realizados copiando los antiguos de la catedral.
Jorge Urdánoz Apezteguía (Pamplona, 28 de julio de 1983)
Licenciado en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco, con especialización en conservación y restauración de patrimonio cultural, y titulado como experto profesional en Tecnologías Avanzadas para la Gestión y Documentación del Patrimonio Cultural por la UNED, Urdánoz ha desarrollado su carrera profesional en diversos campos artísticos. Entre ellos destacan la conservación-restauración, la realización de obras pictóricas por encargo, la creación artística multidisciplinar, el diseño gráfico y la gestión cultural. En este último ámbito, desempeñó el cargo de director de Cultura del Ayuntamiento de Pamplona entre 2019 y 2023. Además, ha llevado a cabo numerosas exposiciones individuales y ha sido galardonado con varios premios en fotografía y pintura. Recientemente ha sido finalista del concurso Objetivo Patrimonio, organizado por Patrimonio Nacional, y ganador del concurso Enfoca Pamplona, promovido por el Ayuntamiento de Pamplona.