En la visita los visitantes descubrirán los secretos de la elaboración del pacharán, que se completará con talleres de cata y coctelería
Dicastillo, 11 de diciembre
Las Bodegas Palacio de la Vega abren sus puertas por vez primera al público con la intención de ofrecer una experiencia única al visitante. Las Bodegas Palacio de la Vega están situadas en la localidad de Dicastillo, en el entorno de la ladera sur de Montejurra y a 10 km de Estella, en un paraje inigualable, cargado de arte y cultura en el que se elabora desde hace años el pacharán más conocido de Navarra.
El visitante podrán con esta experiencia única sumergirse en la historia de Navarra a través de un recorrido por las instalaciones de las Bodegas Palacio de la Vega, de sus instalaciones y campos de endrinos. En definitiva, por vez primera se puede conocer en tan solo hora y media, los secretos de la elaboración del pacharán, tan ligada al pasado, presente y futuro de Navarra.
Las visitas a las Bodegas Palacio de la Vega concluyen con unos talleres de cata y coctelería del pacharán Zoco, que completan una auténtica experiencia “endrinista”. Las visitas se realizan todos los días a las doce del mediodía, en grupos reducidos de un máximo de 18 personas y cuestan 5 euros por persona. Es imprescindible hacer reserva previa a través del teléfono 948 527 009 o bien a través del correo electrónico infozoco@dzlicores.com .
Un poco de historia
El pacharán ya formaba parte de la vida de los navarros en la Edad Media. Era una de las bebidas protagonistas en las celebraciones importantes de la época, como las bodas de la realeza, y también era utilizada por miembros de la Corte debido a sus propiedades medicinales. La reina Blanca de Navarra, por ejemplo, tomó este licor con fines curativos al enfermar en el Monasterio de Santa María de la Nieva en el año 1441.
Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX cuando empezó a emplearse el término “Pacharán”. En ese momento, la presencia de pacharaneras vendiendo endrinas en los mercados de Pamplona se convirtió en algo habitual. Y era utilizado para dolencias de estómago y como digestivo, tomándolo a plan jarabe en las familias.
En 1816, la familia Velasco se dedicaba ya a la destilación de alcoholes en la localidad de Viana, Navarra. En 1956, Ambrosio Velasco comercializó la primera marca de pacharán: Pacharán Zoco.
El Palacio de la Condesa
En los años 90 la fabricación de este pacharán tan especial se traslada al Palacio de la Condesa de la Vega del Pozo, figura central de la aristocracia del siglo XIX. María Diega Desmaissières y Sevillano, dueña de una de las fortunas más importantes de España (comparable a la de la Casa de Alba) mandó construir este imponente edificio para acallar los rumores sobre su supuesta ruina y utilizarlo como punto de descanso en sus viajes a Burdeos, ciudad en la que murió en 1916.
Si bien apenas residía aquí, lo cuidaba como si de su primera residencia se tratase, dotándolo de todos los lujos. Uno de los más llamativos es su precioso jardín botánico. La Condesa compró seis hectáreas de tierra y puso en ellas diversas especies de árboles (pinos, robles, encinas, tejos y cedros del Líbano que aún se conservan) y otras plantas que embellecían y daban perspectiva a la romántica construcción.
El afecto que la Condesa le profesaba a esta tierra queda patente en un rincón de este jardín, donde se encuentra la tumba de Merlín, un perrito King Charles Cavaliere al que profesaba especial cariño. Cuentan en Dicastillo que la condesa lo mandaba a hacer la compra a la tienda del pueblo con una cesta de mimbre. Cuando murió el perro, encargó para él un panteón a Mariano Benlliure, el célebre escultor. Fue una de las últimas extravagancias de este curioso personaje.
La visita
A día de hoy, pacharán Zoco produce en este emblemático entorno de Dicastillo todas sus botellas, que encierran la esencia de casi un siglo de historia.
La visita comienza en la casa del guarda y el mausoleo de Merlín y continúa por los preciosos campos de endrinos frente al palacio. Su plantación, cultivo y recogida nos dan las claves para conocer un poco más de un pacharán único, 100% navarro. De hecho, se considera a Zoco los “domesticadores” del endrino, ya que después de un largo estudio consiguieron cultivar ellos mismos este arbusto silvestre, característico de la zona. Allí sus cuidadores descubren los secretos de esta planta, desde su plantación hasta que se recoge el fruto.
El siguiente paso es entrar en la bodega, donde las endrinas se maceran en anís durante tres meses, para obtener un licor que ostenta la Indicación Geográfica Pacharán Navarro y el sello Reyno Gourmet por su calidad.
Los visitantes participarán después en un taller de cata en el que descubrirán todos los secretos del pacharán: sus propiedades digestivas, el origen de su color y aroma, la elaboración del anís… conociendo de primera mano todo el proceso de elaboración desde sus materias primas. Como colofón, un taller de coctelería que actualiza los modos de consumo de esta tradicional bebida. Los asistentes pueden dar rienda a suelta a su propio estilo aprendiendo a crear diferentes combinados utilizando como base el pacharán con los que sorprender a familiares y amigos.
Tomar una copa de Pacharán Zoco es saborear en esencia lo mismo que hace cien años; un macerado de endrinas 100% navarras en anís natural que no contiene ningún otro tipo de aditivo. Pacharán Zoco ostenta la Denominación Específica de “Pacharán Navarro”, lo que supone cumplir con todos los requisitos del Consejo Regulador: calidad, y cantidad de materias primas, método de producción y realización de todo el proceso en Navarra. El sello del Consejo Regulador y la contraetiqueta numerada de cada envase de Pacharán Zoco son la garantía de un producto tradicional y de calidad controlada.









