Calma tensa en Can Barça. El astro argentino está de vuelta, reapareció el pasado 17 de septiembre ante el Borussia Dortmund, y será durante una temporada más el pilar sobre el que se sustente el juego culé. ¿Será la última? Ningún aficionado azulgrana imaginaba, con contrato en vigor hasta 2021, hacerse esta pregunta hace menos de un mes, pero el temor a una posible salida no está descartado, a tenor de una cláusula que incluye el mismo documento y que le permitiría irse gratis en junio de 2020. Se avecina una partida de póker entre el club y el jugador, y es este último el que tiene mejores cartas.
Leo Messi jugó sus primeros minutos del presente curso ante el Borussia Dortmund. Su retorno se hacía necesario para mostrar una mejor cara que la exhibida hasta ahora en lo colectivo. Sí, el Barcelona tiene dos, y la positiva es con el argentino sobre el campo. Basta decir que en su ausencia el conjunto azulgrana ha pasado siempre apuros lejos del Camp Nou. Se vio en la Champions League en Dortmund. En LaLiga Santander, el bagaje a domicilio tampoco es para tirar cohetes con dos empates, ante el Eibar y el Osasuna, y una derrota, ante el Athletic Club, en tres salidas sin Messi. Por norma general, los retornos de Messi, tras una lesión o cualquier otro motivo, siempre traían consigo noticias positivas. No en vano, hablamos del jugador más determinante en la consecución de los títulos en la última década, y al que hasta principios de septiembre se le auguraba un final de carrera vestido de azulgrana.
Precedente de Alves
Criado desde muy joven en La Masía, su sentimiento culé está fuera de toda duda y desde su irrupción en el primer equipo, el club ha hecho todo lo posible para que se sienta especial. Retrocedamos a 2008. Aquel verano, Pep Guardiola optó por desprenderse de dos de los iconos del momento, Ronaldinho y Deco, para construir un bloque en torno a un canterano con maneras de estrella, pero canterano al fin y al cabo. La apuesta salió redonda, para argumentos todo lo que el argentino y el catalán conquistaron juntos. Desde entonces, todas las versiones del Barça han seguido la misma línea, es decir, la de girar todo alrededor de un jugador cuyo futuro parecía ligado de por vida al club. Sin embargo, existe la posibilidad de que ambos separen sus caminos el próximo verano, sin que los catalanes reciban nada a cambio. Puede suceder o no. Ahora bien, si se tratara de una partida de póker, Messi no iría de farol, más bien tendrá un repóker en esta hipotética mano con Josep María Bartomeu en el papel de crupier, al ser consciente de las cartas que le ha repartido.
No es la primera vez que el máximo mandatario asiste a una partida de este tipo. El caso es que existe un precedente reciente. Ya le dio ventaja sobre la banca, o el club según se mire, a Dani Alves, y la cara de póker del brasileño confundió a muchos, porque no todos esperaban su adiós en 2016. ¿Hará Messi lo mismo? No es ningún secreto que no está todo lo contento que cabría esperar con las altas esferas, y lo dejó patente al opinar sobre el caso Neymar. Institucionalmente correcto por norma, mostró cierto enfado público por la forma en que los dirigentes encararon el posible fichaje del brasileño, entendiendo que no hicieron todo lo que estaba en sus manos para juntar a ambos de nuevo sobre el terreno de juego.
Jugadores de un solo club, linaje en extinción
Hasta la fecha, Messi solo ha vestido una camiseta como profesional, al margen de la albiceleste. Eso le coloca en la situación privilegiada de poder retirarse profesionalmente como miembro del One Club Man. A este selecto club pertenecen leyendas del fútbol como su excompañero Carles Puyol, el italiano Paolo Maldini (AC Milan) o el galés Ryan Giggs (Manchester United). Los tres dedicaron toda una carrera a defender unos únicos colores. Los hay, como Gerard Piqué, con fe ciega en su continuidad y en su entrada en él, pero nadie puede negar que el One Club Man es un linaje en extinción. El exotismo y el poder económico de Estados Unidos, Asia y los Emiratos Árabes han hecho que muchos otros optaran antes que él por una prejubilación en ligas menores. Como ejemplo, Andrés Iniesta. Además, Messi nunca ha ocultado su deseo de jugar algún día con el Newell’s en Argentina.
