Rob Reiner, hijo del legendario comediante y realizador Carl Reiner, fue hallado sin vida el domingo en su domicilio de Brentwood, en Los Ángeles, junto a su esposa, la productora Michele Singer Reiner. CNN y otros medios de Estados Unidos sitúan el hallazgo a primera hora de la tarde del domingo, después de que un familiar alertara a los servicios de emergencia, y apuntan a que la policía de Los Ángeles trata el caso como un aparente homicidio mientras se esclarecen las circunstancias.
La policía y los bomberos de Los Ángeles confirmaron a varios medios estadounidenses que los servicios de emergencia acudieron a la vivienda y encontraron a un hombre de unos 78 años y a una mujer de unos 60 fallecidos en el interior del domicilio, sin ofrecer inicialmente sus identidades ni la causa concreta de la muerte. Posteriormente, la familia de Reiner difundió un comunicado, citado por medios como CNN en el que confirma el fallecimiento de la pareja y subraya que se trata de una pérdida “devastadora”, al tiempo que solicita espacio para el duelo.
Más allá del impacto policial del caso, la muerte de Reiner supone la desaparición de un cineasta que definió el tono de buena parte del cine comercial estadounidense de los años ochenta y noventa. Medios como el Los Angeles Times y Variety recuerdan que, tras hacerse popular como actor en la serie “All in the Family”, dio el salto a la dirección con títulos que se convertirían en clásicos como “Cuenta conmigo", “La princesa prometida”, “Cuando Harry encontró a Sally" o "klgunos hombres buenos", varias de ellas hoy preservadas en el National Film Registry de la Biblioteca del Congreso.
Las necrológicas publicadas por CNN y otros grandes medios estadounidenses subrayan que Reiner deja un legado singular por su capacidad para moverse con soltura entre la comedia romántica, el drama judicial, el cine de aventuras y el falso documental, con películas que marcaron a varias generaciones del público. Además de su labor en la dirección y la producción —impulsó la compañía Castle Rock Entertainment, responsable de varios éxitos del cine y la televisión—, también se mantuvo activo como actor y productor hasta fechas recientes, con proyectos vinculados a la saga “Spinal Tap” previstos incluso para los próximos años.
En paralelo a su carrera en Hollywood, Reiner tuvo un perfil muy visible en la política y el activismo progresista estadounidense. Según recuerdan medios como Los Angeles Times fue una voz destacada en campañas a favor de la educación y la infancia en California, impulsó iniciativas legislativas sobre impuestos al tabaco destinados a programas de primera infancia y se implicó de forma pública en campañas presidenciales demócratas, además de convertirse en un crítico constante de Donald Trump y de la derecha más dura del país.
Desde la publicación de la noticia, directores, intérpretes y responsables políticos han lanzado mensajes de condolencia y reconocimiento a través de comunicados y redes sociales. Hollywood y el mundo cultural estadounidense han despedido a Reiner como uno de los cineastas más influyentes de su generación, un creador capaz de firmar algunas de las comedias románticas y los dramas más citados de la historia reciente del cine, cuya muerte, en circunstancias aún por aclarar, ha conmocionado a la industria y al público por igual.
