Zizur Ardoi

La importancia de la hidratación: algo más que beber agua

¿Cuántos vasos de agua has bebido hoy?

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Mantener una hidratación adecuada no consiste solo en alcanzar una cifra genérica de vasos, sino en elegir conscientemente el líquido que acompaña cada comida y cada actividad. Cuando el agua es la protagonista, desplazamos bebidas que no aportan valor y protegemos procesos tan cotidianos como la digestión, la regulación de la temperatura corporal o la eliminación de desechos.

Sentirnos bien no depende de fórmulas milagrosas; empieza con pequeños gestos repetidos a lo largo del día. Cada sorbo de agua realimenta nuestra energía y contribuye a un terreno metabólico más estable.

El líquido que sostiene tu salud

Es importante fomentar el consumo de agua como bebida principal, evitando refrescos azucarados y alcohol, que añaden calorías vacías y favorecen picos de glucosa y cansancio posterior. Cuando reducimos ese tipo de bebidas, damos un paso decisivo para sentir más claridad mental y menor fatiga a lo largo del día.

La recomendación se refuerza con una idea sencilla: elimina lo que dañe claramente tu cuerpo y haz aquello que te resulte cómodo. En la práctica cotidiana, esto se resume en elegir agua y alimentos reales frente a procesados y azúcares sencillos.

Calorías que no ves

Los refrescos, los zumos industriales o las bebidas energéticas concentran azúcar y aditivos que apenas percibimos al beberlos. Sustituirlos por opciones sin calorías —y no estamos hablando de alternativas cero o light— líquidas evita la ingesta inadvertida de decenas de gramos de azúcar al día y de aditivos.

Opciones que suman

∙ Agua del grifo, filtrada, embotellada y opciones con gas.

∙ Infusiones sin azúcar.

Opciones que restan

∙Refrescos y bebidas azucaradas —incluso las versiones light.

∙ Zumos industriales o néctares con y sin azúcares añadidos.

∙Bebidas alcohólicas, también las que tienen muy poca graduación. La OMS ha reiterado que el consumo de alcohol, incluso en cantidades bajas, incrementa el riesgo de diversas enfermedades.

Rendimiento que se bebe

Cuando entrenamos, el cuerpo multiplica sus demandas de líquido. Hidratarse bien durante el entreno es fundamental para reducir el daño muscular y la inflamación.

Además, un estado de hidratación óptimo antes, durante y después del ejercicio mantiene la concentración, retrasa la fatiga y facilita la recuperación. En la actividad deportiva, la hidratación es fundamental; a veces no basta solo con agua y es necesario bebidas isotónicas para cubrir las necesidades.

Frutas que sacian la sed

El agua que bebemos no es la única que cuenta. Las frutas y verduras de temporada aportan micronutrientes y un alto porcentaje de agua que complementa la ingesta total diaria. Se asocia el consumo de frutas a una dieta saludable, y su riqueza en vitaminas y antioxidantes protege frente al estrés oxidativo.

Sorbos en familia

Los niños —y los adultos— imitan lo que ven. Fomentar el consumo de agua como la bebida por defecto y evitar comprar refrescos, aunque sean light, crea un entorno doméstico que respalda la salud de todos. Mantener botellas a la vista y ofrecer agua en cada comida consolida el hábito sin imposiciones ni discursos largos.

Consejo de dietista : Recordemos que no todos comemos la misma cantidad ni a las mismas horas; lo importante es que lo que bebamos y comamos nos nutra. Al facilitar acceso a agua y alimentos reales, la familia entera refuerza un patrón de hidratación coherente y sostenible.

Pequeños sorbos, grandes cambios

Priorizar agua y alimentos que te hacen sentir bien es una estrategia de bienestar accesible para cualquier persona. Cada vez que eliges un vaso de agua sobre un refresco, das un paso hacia un mayor equilibrio energético y metabólico. Convierte esos gestos en rutina y observa cómo tu vitalidad crece, sorbo a sorbo.

 

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