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Desde Egüés a Zambia: una niña navarra pasa las Navidades luchando contra el furtivismo en África

Elvia Gómez Troya, conocida como Elvia la Rastreadora gracias a su popular cuenta de Instagram, decidió cambiar radicalmente su forma de celebrar la Navidad

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Hellas de hipopótamo

Rastreando con Antony, miembro de NJOVU

La famila Gómez Troya junto a Antony y Edwin

La familia ante un baobab

La tristeza por la muerte de un animal

Nuevas amigas

Mientras muchas niñas y niños de su edad disfrutaban de las tradicionales festividades navideñas rodeadas de luces, regalos, villancicos, dulces y fiestas, Elvia Gómez Troya, conocida como Elvia la Rastreadora gracias a su popular cuenta de Instagram, decidió cambiar radicalmente su forma de celebrar la Navidad. Este año, su espíritu aventurero y su pasión por la naturaleza la llevaron hasta Zambia, en el corazón de África, para vivir una experiencia que no solo transformó sus fiestas, sino también su perspectiva de la vida.

De Instagram a Zambia: Un viaje con propósito

Elvia, que en la actualidad tiene 12 años, pudo realizar este viaje gracias a los ingresos obtenidos con su libro "Cosas que me flipan de los animales", una obra que publicó hace unos meses y que ya ha inspirado a niños y adultos a conectar con la naturaleza a través de sus 30 historias experienciales y autobiográficas que narra en él. Uno de los objetivos del libro era precisamente éste, conseguir cumplir su sueño de volver a África, pero esta vez no solo para disfrutar de ese continente que atrapa, sino para ayudar a su manera. Por ello, decidió además invertir parte de sus ganancias en dotar de material y ropa de trabajo a algunos de los miembros zambianos de NJOVU African Wildlife Conservation, la asociación que entre sus acciones incluye la lucha contra la caza furtiva en el Parque Nacional Mosi-oa-Tunya.

La expedición fue un esfuerzo familiar: su padre, Fernando Gómez, rastreador profesional y fundador del Servicio de Rastreo Forestal (SERAFO), lideró las actividades de rastreo, la seguridad del equipo y la formación del personal de NJOVU. Por su parte su madre, Paloma Troya, también rastreadora, profesora del CI Agroforestal y gestora del Instagram de Elvia, además de apoyar a Fernando en sus acciones, se encargó de la fotografía y las grabaciones sobre el terreno, documentando cada paso de esta emocionante aventura.

La realidad de Zambia: otra forma de vivir la Navidad

No era la primera vez que Elvia pasaba sus Navidades en África, ya que hace 2 años estuvo conviviendo con la tribu de los Hadzabe en Tanzania, así que ya sabía lo que era cambiar calles decoradas con luces y escaparates llenos de regalos, por calles de tierra embarradas por estar en la estación de lluvias, donde los mosquitos proliferan por el calor del verano. Cambiar una forma consumista y materialista de vivir por otra en la que personas humildes luchan diariamente por satisfacer sus necesidades más básicas. Durante su estancia, pudo convivir con una familia local, de la que pudo aprender su forma de vida, sus problemas y sus dificultades diarias. 

“Lo que más me impactó y me enamoró fue la alegría y la simpatía de los niños y las niñas. En cuanto me veían en la pickup en la que iba o caminando por la calle, veían venían a saludarme, me chocaban la mano, me gritaban desde lejos saludándome o pidiéndome que jugase con ellos. Muchos no tenían ni calzado, y desde luego no iban a recibir regalos en Navidad, pero aun así eran superfelices y disfrutaban jugando en las calles entre charcos y basura. Eso me hizo reflexionar de lo que es importante para ser feliz y lo que no”, comenta Elvia.

Lucha contra la caza furtiva: Una misión llena de desafíos

La experiencia de Elvia en Zambia no estuvo exenta de peligros. Durante su estancia, tuvo que enfrentarse a la presencia de imponentes arañas e incluso escorpiones en su habitación, pasando por tarántulas y serpientes peligrosas como la víbora bufadora o la cobra escupidora de Mozambique en el exterior. Además, tanto en el parque nacional como en los alrededores, la familia tuvo que estar atenta a las huellas de búfalos e hipopótamos, ya que si eran frescas, significaba que estos animales aún podían estar cerca, representando un riesgo considerable por su altísima peligrosidad, no en vano los hipopótamos son considerados como el animal terrestre más peligroso de África.

Gracias a NJOVU, Elvia pudo participar en una de las misiones más importantes para la conservación de la fauna africana: la lucha contra la caza furtiva. Debido a la peligrosidad de la tarea, acudieron al parque acompañados por una ranger armada para garantizar su seguridad mientras buscaban y eliminaban trampas colocadas por furtivos para atrapar animales como antílopes o facoceros.

“Rastrear por el parque nacional buscando los lazos fue emocionante pero triste a la vez, sobre todo cuando encontramos restos de animales que habían muerto por su culpa. Además, sabía que era una actividad de mucho riesgo, y no solo por la presencia de fauna peligrosa, sino también porque los furtivos podían estar aún ahí, así que iba siempre en tensión y atenta a las indicaciones de mis padres, de mis compañeros, de mis amigos Antony y Edwin, y a todo lo que se movía o sonaba a mi alrededor”, explica Elvia. En sólo una de esas jornadas localizaron y eliminaron 15 lazos preparados para matar fauna, así que la satisfacción fue grande, al saber que algunos animales se librarían de la muerte gracias a su trabajo. 

Además, durante su estancia en Zambia Elvia también ayudó a su padre en la formación del personal zambiano de NJOVU, participando de forma activa en el entrenamiento en rastreo tanto de fauna como de personas que se impartió allí como parte de esa colaboración. Así Elvia a pesar de ser tan solo una niña, sintió que su trabajo era importante y que realmente podía ser útil en la conservación de la naturaleza, más allá de los videos que publica en su IG tratando precisamente de contagiar su pasión por la naturaleza y de transmitir la necesidad que tenemos de cuidarla y protegerla. Así aprendió que en Navidad lo importante no son los regalos que uno recibe envueltos en papeles preciosos, sino que el regalo más valioso es lo que tú puedes aportar a los demás.

Un mensaje para el mundo

Elvia, que llegó a su casa en Egüés el día después al de Reyes y un día más tarde se incorporaba como cualquier otra niña a las clases en su instituto Pedro de Atarrabia, aún tiene mucho por digerir de lo vivido, pero sin duda ha vuelto con el corazón lleno de experiencias, aprendizajes y sentimientos que le han convertido en otra persona. Ahora ha podido comprobar lo que sus padres le contaban, que con muy poco se puede hacer mucho, que los sueños hay que perseguirlos, y que, si cada uno de nosotros aporta algo de su tiempo o de sus recursos en otros, se pueden conseguir cambios muy bonitos e importantes, tanto para otras personas como para la naturaleza. Así que ya no se plantea unas Navidades normales.

Su historia es un recordatorio poderoso de que, incluso a una edad temprana, se puede tener un impacto positivo en el mundo. Para Elvia, esta no será la última aventura en la conservación de la naturaleza; ya que está decidida a seguir luchando por el planeta que tanto ama, tanto desde su IG, como desde su recién creada comunidad de Wildlife Lovers (WILDERS), como por supuesto sobre el terreno.


 

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