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Medio Ambiente constata un aumento de la incidencia de procesionaria del pino

Las orugas de procesionaria tienen pelos urticantes que pueden provocar diversas reacciones alérgicas, cuya gravedad depende de la sensibilidad de cada persona

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  • Se trata de una plaga que genera molestias entre los usuarios de los espacios forestales, aunque no pone en riesgo la estabilidad de los pinares ataca

Medio Ambiente ha constatado un aumento de la incidencia de procesionaria del pino, una plaga que genera molestias y daños de diverso grado entre los usuarios de los espacios forestales, aunque, con carácter general, no pone en riesgo la estabilidad de los pinares atacados.

Anualmente, personal técnico y de guarderío de Medio Ambiente y de la sociedad Pública GAN inician en enero los trabajos de evaluación de la infestación de la procesionaria en los pinares de Navarra, lo que permite estimar el grado de daño que se va a producir. Este año, han apreciado un aumento significativo respecto a los años anteriores, especialmente en el entorno más próximo a la Cuenca de Pamplona y la Zona Media. Según explica el personal técnico, estas oscilaciones en los niveles de procesionaria son cíclicas y se relacionan con eventos meteorológicos desfavorables y su equilibrio con sus enemigos naturales, y considerando que este año no ha habido eventos meteorológicos especialmente adversos para la procesionaria y que el año anterior se alcanzó un nivel de infestación en mínimos históricos este aumento entra dentro de lo esperable.

Con carácter general, la procesionaria del pino no pone en riesgo la estabilidad de los pinares atacados, ya que la pérdida de acículas reduce la capacidad de fotosíntesis del árbol, pero no suelen causar su muerte al no afectar a las yemas que permiten el desarrollo de los brotes en primavera. En una estrategia de supervivencia desarrollada tras miles de años de convivencia entre la oruga y los pinos, el daño se limita a las acículas viejas y los árboles serán capaces de recuperarse de forma natural tras un tiempo, recuperando su follaje y su crecimiento. Así, la mortalidad directa como consecuencia de la procesionaria es muy baja.

Tradicionalmente se realizaban tratamientos aéreos generalizados sobre los pinares, pero desde el año 2012 Navarra desechó esta práctica, priorizando crear masas más complejas capaces de acoger a los muchos depredadores y parasitoides que posee la procesionaria del pino. La colocación de cajas nido en diferentes pinares de Navarra, promueve la expansión de predadores naturales como son las aves insectívoras y los murciélagos.

No obstante, cuando hablamos de procesionaria del pino en espacios de uso público (parques y jardines, entornos educativos, hospitalarios, geriátricos, etc.) sí es recomendable recurrir a la realización de tratamientos fitosanitarios puntuales, por una cuestión de salud pública, para evitar problemas en las personas usuarias. Estos tratamientos deben hacerse antes de que desciendan las orugas del árbol, eliminando el problema de las procesiones. En árboles aislados o pequeños grupos, también son útiles y cada vez más habituales, las trampas tipo collar que impiden la llegada al suelo de las orugas. 

Consejos básicos para evita reacciones cutáneas

Las orugas de procesionaria tienen pelos urticantes que pueden provocar diversas reacciones alérgicas, cuya gravedad depende de la sensibilidad de cada persona, desde afecciones leves cutáneas hasta problemas respiratorios. Esto se produce en el proceso de descenso de los árboles, previamente al enterramiento de las orugas. Lo que hay que hacer para evitar reacciones alérgicas es no tocarlas, ni acercarse en exceso. Asimismo, evitar que los animales de compañía lo hagan es la mejor forma de prevenir daños.

En caso de pasear o circular en bici, se recomienda usar ropa que cubra cuello, brazos y piernas. Las afecciones en mascotas, en los casos más graves, suponen inflamaciones con necrosis y/o ahogamiento del animal si ingieren varios ejemplares. Por ello, llevarlas atadas es la mejor forma de protegerlas.

Ciclo biológico de la procesionaria

La procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa shiff) es una especie autóctona de lepidóptero que tiene una distribución circunmediterránea, desde Grecia hasta Portugal, Marruecos o Túnez. Hacia el norte alcanza ciudades como Paris o zonas de los Alpes suizos, consecuencia del aumento acelerado de temperaturas de las últimas décadas. 

En Navarra, se puede encontrar en prácticamente todos los pinares (pino laricio, en Cuenca de Pamplona y Zona Media; pino carrasco en Zona Media y Ribera; pino silvestre en prepirineo y Pirineo), aunque la presencia en valles como Salazar o Roncal / Erronkari ha sido históricamente muy baja.

Los individuos adultos en forma de mariposas se aparean desde principios de verano. Tienen una vida media de un día en la que se aparean y eligen donde realizar la puesta de 200 huevos.
Al cabo de un mes empiezan a emerger las larvas que se alimentan de acículas de pinos y ocasionalmente de cedros. Tienen un comportamiento social y gregario que mantienen durante toda su vida. Se alimentan de noche y se refugian en los nidos de día. Cuando llega el frío fabrican bolsones de seda más robustos, que ubican en la parte soleada y elevada del árbol, árbol que no abandonarán excepto que les falte alimento. En el último estadio, las orugas son muy voraces, pudiendo defoliar árboles enteros.

Las bajas temperaturas y largos periodos de precipitaciones otoñales e invernales determinan la mortalidad natural de las orugas además del alimento disponible. Otro factor, menos estudiado, es el exceso de calor estival en el momento de la puesta, que también parece afectar a la mortalidad y los ciclos poblacionales de la especie.

Las orugas que completen su desarrollo, descenderán del árbol para iniciar las procesiones (habitualmente desde inicios de febrero hasta final de marzo, en estaciones templadas), momento en que se entierran y pupan. Este momento es cuando son más visibles y peligrosas.

Una vez que las orugas se entierran, ya no salen al exterior hasta completar su transformación en mariposas, emergiendo en verano, para completar así un nuevo ciclo biológico.

Con carácter general, la procesionaria del pino no pone en riesgo la estabilidad de los pinares atacados.

Bolsón de orugas causando defoliaciones en un pino laricio (noviembre 2024). Fuente: Gestión Ambiental de Navarra

Procesión de las orugas de camino a enterrarse. Fuente: Gestión Ambiental de Navarra.

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